viernes, 22 de julio de 2016

La verdad nos hará libres

DENUNCIA CIUDADANA ANTE TODO EL PUEBLO DE MÉXICO


Este documento pretende ser una denuncia de carácter nacional, dirigida a todo el pueblo de México, desenmascarando al sujeto que pretende gobernar dentro de poco tiempo al estado más grande de México a partir del mes de octubre del 2016.

Lo primero y más importante de todo lo que se asentará desde un principio aquí es que Javier Corral, en esencia, es un individuo que jurídicamente y legalmente está incapacitado para ejercer puesto público alguno en México al haber tenido sus inicios en una violación flagrante y descarada de las leyes mexicanas, de lo cual él siempre estuvo plenamente consciente y fue encubierto por sus colegas del Partido Acción Nacional

La acusación que estoy formulando aquí no es una acusación hecha al vacío sobre bases huecas. Por el contrario, está fundamentada en las leyes de México, tanto las leyes en vigor como las leyes del país conforme han ido evolucionando.

Para fundamentar la acusación que se está dando a conocer aquí, se vuelve necesario asentar de modo firme dos fechas históricas sumamente críticas y cruciales seguidas de una tercera fecha que debe ser de interés, las cuales son, a saber:

1) Primero de Septiembre de 1997

2) 23 de Enero de 1998

3) 8 de diciembre de 2015

Veamos ahora qué fue exactamente lo que ocurrió en las primeras dos fechas.

En la primera fecha, el Primero de Septiembre de 1997, Javier Corral fue juramentado como Diputado por la vía plurinominal al Congreso de la Unión (Federal) en México dentro de la LVII Legislatura del Congreso de la Unión (1 de septiembre de 1997 a 31 de agosto del 2000). Esto ocurrió después de que en 1992 Javier Corral fue electo como Diputado Local por la vía plurinominal (no por la votación directa del pueblo) a la LVII Legislatura del Congreso del Estado de Chihuahua (30 de septiembre de 1992 a 29 de septiembre de 1995) en donde presidió la cámara local y posteriormente fue líder estatal del PAN.

La segunda fecha, el 23 de Enero de 1998, es la fecha en la cual se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley de Nacionalidad que, entre otras cosas, hizo posible que por vez primera en México los mexicanos pudieran tener una doble nacionalidad, por ejemplo la nacionalidad Mexicana y la nacionalidad estadounidense.

Antes de que se emitiera la Ley de Nacionalidad, ningún extranjero podía ocupar cargo público alguno en el Congreso de la Unión a menos de que hubiera obtenido previamente la nacionalidad mexicana renunciando a cualquier otra nacionalidad que hubiera tenido. Simple y sencillamente, antes de la publicación de la Ley de Nacionalidad en el Diario Oficial de la Federación, era legal y jurídicamente imposible que ningún extranjero ocupara cargo público alguno en el Congreso de la Unión. Hacer tal cosa hubiera sido una violación flagrante a las leyes de México.

Las fechas anteriores no son invenciones de Víctor Olague que es el autor de esta denuncia, son datos firmemente sólidos que pueden ser confirmados consultando cualquiera de numerosas fuentes en la Web.

No cualquiera puede contender a un cargo público en el Congreso federal con solo presentarse para registrar su candidatura. Tiene que presentar copias de documentos oficiales ante el Instituto Nacional Electoral (antes Instituto Federal Electoral, y antes de eso la Secretaría de Gobernación) que acrediten que el aspirante cumple con los requisitos básicos para poder registrarse como candidato. En la actualidad, el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) establece claramente en su Artículo 7 que: Son requisitos para ser diputado federal o senador, además de los que señalan respectivamente los artículos 55 y 58 de la Constitución, los siguientes: a) Estar inscrito en el Registro Federal de Electores y contar con Credencial para Votar. ¿Y qué dice el Artículo 55 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos? Dice lo siguiente:
Artículo 55. Para ser Diputado se requieren los siguientes requisitos:

I. SER CIUDADANO MEXICANO, POR NACIMIENTO, EN EL EJERCICIO DE SUS DERECHOS.

II. TENER VEINTIUN AÑOS CUMPLIDOS EL DIA DE LA ELECCION;

III. SER ORIGINARIO DEL ESTADO EN QUE SE HAGA LA ELECCION; O VECINO DE EL CON RESIDENCIA EFECTIVA DE MAS DE SEIS MESES ANTERIORES A LA FECHA DE ELLA.
¿Y qué dice el Artículo 58 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos? Dice lo siguiente:
Artículo 58. Para ser Senador se requieren los mismos requisitos que para ser Diputado, excepto el de la edad, que será de treinta años cumplidos el día de la elección.
En referencia al Artículo 7 del COFIPE, el primer requisito que hasta la fecha no ha cambiado es estar inscrito en el Registro Federal de Electores y contar con Credencial para Votar, y puesto que ningún extranjero que no haya adquirido la nacionalidad mexicana puede tener acceso a dicho documento excepto de manera ilegal, se sobreentiende que ningún ciudadano de ningún país extranjero puede simplemente trasladarse a México para postularse para un cargo de Diputado o Senador en el Congreso federal. Tiene que probar, con documentos oficiales, que es un ciudadano mexicano.

Se vuelve necesario hacer una digresión aquí sobre una práctica muy extendida en las ciudades mexicanas en la franja fronteriza con los Estados Unidos en los tiempos de los años cincuentas, sesentas, setentas, ochentas y noventas. Era común que muchos padres de familia, después de que sus hijos nacieran en los Estados Unidos aprovechando el hecho de que las madres mexicanas que viven en México podían cruzar inclusive a pie a una ciudad norteamericana como El Paso (en donde nació Javier Corral) para "aliviarse" en los Estados Unidos con el propósito de que sus hijos nacieran como ciudadanos norteamericanos gozando de todos los privilegios económicos y sociales de que gozan los norteamericanos (como el derecho de poder trabajar en los Estados Unidos sin tener que hacer trámite alguno en México y esperar muchos años para lograrlo) obteniéndoles así un acta de nacimiento norteamericana, se cruzaban nuevamente la línea fronteriza de Estados Unidos a México para presentar al vástago ante las oficinas del Registro Civil en México, afirmando como una mentira deliberada y sabiendo perfectamente bien lo que estaban haciendo, que el niño (o niña) nacido en México había nacido en México, proporcionando datos falsos para tales efectos. De este modo, aunque el acta de nacimiento mexicana así obtenida fuese expedida por una oficina pública autorizada legalmente en México para ello, el acta de nacimiento mexicana era completamente falsa, un documento apócrifo, por haber sido expedido y obtenido por los padres con datos falsos, incurriendo en un delito sancionado por la ley: falsedad de declaraciones.

En esos tiempos, la ligereza con la cual se violaba la ley de la manera indicada se basaba en la convicción de que las autoridades mexicanas no checaban primero con las autoridades civiles norteamericanas si el niño había nacido o no en los Estados Unidos, ni las autoridades civiles norteamericanas checaban con las autoridades civiles mexicanas si el niño había sido registrado en México como nacido en México. De cualquier modo, era un fraude masivo y una burla a la Nación ya que, físicamente, es imposible haber nacido en dos países diferentes. Un individuo puede nacer en China; en Argentina o puede nacer en Argentina, pero es físicamente imposible que haya nacido en China y a la vez en Argentina. Eso nadie por tarugo que sea lo va a creer.

A estas alturas, dirán algunos lectores, ¿qué tiene que ver lo anterior con lo que aquí se denuncia a la Nación? La respuesta es: todo. Porque hay todas las razones del mundo para dar por hecho de que Javier Corral, nacido en el Hospital Thomason de El Paso, Texas, desde un principio tuvo dos actas de nacimiento, una norteamericana, y otra Mexicana.

Es un hecho innegable, irrebatible, que Javier Corral es un norteamericano de nacimiento, lo cual el yanqui Javier Corral que reclama para sí la nacionalidad mexicana "por herencia" a partir de la entrada en vigor en enero de 1998 (antes no podía hacerlo porque el gobierno de México no reconocía oficialmente el concepto de la doble nacionalidad) ha estado aceptando hace ya algunos años. Pero no siempre fue así, y de hecho estuvo negando haber nacido en los Estados Unidos (veremos algo más sobre esto abajo anexando pruebas de ello). ¿Pero por qué lo negaba antes todavía hasta hace poco más de una década? En esto radica precisamente su ilegitimidad atroz en 1997 así como su culpabilidad legal de estar plenamente consciente de lo que estaba haciendo siendo ya mayor de edad cuando legislaba como Diputado ante el Congreso de la Unión cobrando ilegalmente sueldo de legislador federal, recibiendo prestaciones y viáticos y reclamando para sí la protección del fuero constitucional cuando por su calidad de extranjero no tenía ningún derecho a nada de esto. Y como de acuerdo a la Constitución tanto en esos tiempos como hoy a ninguna ley se le puede aplicar efecto retroactivo de acuerdo a lo que claramente siempre ha estipulado el Artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, lo cual incluye ciertamente a la Ley de Nacionalidad que empezó a otorgar a partir de 1998 la doble nacionalidad a los estadounidenses nacidos en EE.UU. hijos de padres mexicanos, es imposible que Javier Corral pueda tratar de argumentar en defensa suya una doble nacionalidad que jurídicamente no existía antes de 1998. Se vuelve necesario aclarar esto antes de proseguir. Supóngase el caso hipotético de una agrupación de comuneros que por décadas ha invadido y ha estado ocupando ilegalmente una vasta extensión territorial causando grandes afectaciones y pérdidas económicas a terceros. Supóngase ahora que el Congreso de la Unión aprueba una ley convertida en ley por el Presidente de México que entra en vigor a partir del 10 de febrero de 1975 con su publicación en el Diario Oficial de la Federación haciendo legítima la posesión del terreno por parte de la agrupación de comuneros. ¿Está exenta entonces la agrupación de comuneros de la reparación y restitución de daños económicos que estuvo ocasionando a terceros tanto después como antes del 10 de febrero de 1975? Solo a partir del 10 de febrero de 1975 está exenta la agrupación de comuneros de la reparación de los daños ocasionados a terceros, pero en todo el tiempo transcurrido en el pasado hasta el último día antes de dicha fecha, o sea hasta el 9 de febrero de 1975, la posesión ilegal del terreno sigue siendo ilegítima, eso no se "borra" como por arte de magia con un "borrón y cuenta nueva" retroactivo hacia el pasado, y la agrupación de comuneros sigue siendo legalmente responsable de todos los daños y perjuicios económicos cuantificables que se hubieren acumulado hasta el 9 de febrero de 1975 en virtud de que a ninguna ley se le puede dar aplicación retroactiva, y menos cuando ello va en perjuicio de alguien (que en este caso vendrían siendo los terceros afectados). La modificación de cualquier ley puede volver legítimo a partir de la fecha de modificación de la ley (en tiempo posterior) algo que antes era ilegítimo, pero no puede cambiar la situación jurídica de algo que era ilegal en el período anterior a la modificación llevada a cabo. La no retroactividad en la aplicación de las leyes es algo tan extendido en la jurisprudencia en otros países que algunos jurisconsultos lo consideran un principio de carácter universal.

Otro hecho importante que extiende el delito cometido por el yanqui Javier Corral en contra de la Nación hacia otros cargos legislativos ocupados posteriormente en el Congreso federal tiene que ver con un hecho importante: está impedido, jurídica y legalmente, contender para un cargo en el Congreso de la Unión, aquél que hubiere cometido un delito penado y sancionado enérgicamente por las leyes del país. Alguien que haya pisado la cárcel por un delito grave no puede contender por un cargo público que le dé una representación en el Congreso de la Unión. Y aunque no haya pisado la cárcel, si el delito fue cometido pero no castigado por la ineficiencia de las autoridades, sigue igualmente impedido de ocupar un cargo público posterior. Veamos a continuación los alcances de esto.

Las dependencias públicas encargadas de registrar a los candidatos a puestos de elección popular en el Congreso de la Unión siempre han estado obligadas en los tiempos actuales (ciertamente desde los años cincuenta, hace más de medio siglo) a pedirles a los candidatos las copias de los documentos oficiales (o que exhiban los documentos oficiales) con los cuales acrediten cumplir los requisitos que exigen los Artículos 55 y 58 de la Constitución Mexicana, esto además de lo que pide en la actualidad el Artículo 7 del COFIPE. Quien no acredite con pruebas el poder cumplir con los requisitos simple y sencillamente no debe ser registrado como candidato. Si Javier Corral presentó su acta de nacimiento mexicana apócrifa para acreditar ante las autoridades electorales un requisito oficial esencial que no cumplía, esto lo vuelve culpable de un delito gravísimo. Y si presentó su acta de nacimiento norteamericana expedida de acuerdo a la información que obra en los registros del hospital Thomason de El Paso, Texas, y aún así el funcionario electoral que le recibió los documentos los aceptó en vez de rechazarlos de inmediato, esto vuelve culpable a quien le aceptó el documento que lo identifica como extranjero, pero Javier Corral Jurado sigue siendo responsable y culpable de haber cometido un delito. No importa cuál de las dos actas de nacimiento haya presentado Javier Corral, la mexicana apócrifa o la norteamericana, su culpabilidad sigue siendo la misma, excepto que en el segundo caso se presume complicidad del funcionario electoral que lo registró como candidato o inclusive soborno o corrupción del funcionario electoral encargado de recibir la documentación. Pero en ambos casos Javier Corral sigue siendo culpable, porque ciertamente siendo mayor de edad él sabía muy bien lo que estaba haciendo, o sea violar las leyes mexicanas carcajeándose de un país entero.

El delito cometido por Javier Corral el 1 de septiembre de 1997, un fraude en contra de la Nación en toda la extensión de la palabra porque Javier Corral sabía que al tomar juramento como Diputado Federal en el Congreso de la Unión en 1997 lo había hecho mintiendo, pisoteando la ley, un delito punible con una sanción severa que requería en su momento su remoción inmediata como Diputado federal de la LVII Legislatura y su casi segura deportación hacia los Estados Unidos -su país de origen- lo descalificaba legalmente de manera automática de poder ser posteriormente miembro en el Senado de la LVIII Legislatura del Congreso de la Unión a partir del 1 de septiembre de 2000 hasta el 31 de agosto de 2006 por el simple hecho de contar ya con antecedentes penales. Y el mismo impedimento legal, por las mismas razones y por la gravedad del delito cometido el 1 de septiembre de 1997, lo descalificaba legal y jurídicamente de manera automática de poder ser posteriormente Diputado en el Congreso de la Unión del 1 de septiembre de 2009 hasta el 22 de marzo de 2022. Y el mismo impedimento legal, por las mismas razones y por la gravedad del delito cometido el 1 de septiembre de 1997, lo descalificaba legal y jurídicamente de manera automática de poder ser posteriormente miembro del Senado a partir del 1 de septiembre de 2012 hasta el 9 de febrero de 2016. En pocas palabras, hablando con pleno rigor jurídico, libre de tecnicismos y recovecos, esto solo puede significar una cosa:

Todos los cargos públicos ocupados por Javier Corral como Diputado y como Senador en el Congreso de la Unión fueron ocupados entonces de manera ilegal. Esto lo vuelve ilegítimo de principio a fin.

El yanqui Javier Corral, ya investido ilegalmente como Diputado el primero de septiembre de 1997, acostumbrado a gozar de la protección garante de impunidad que se dan a sí mismos los legisladores con el fuero constitucional, no puede argumentar que en virtud de su fuero estaba protegido de su remoción como Diputado en la LVII Legislatura del Congreso de la Unión por el simple hecho de que su investidura el primero de septiembre de 1997 fue una estafa, un fraude en contra de la Nación, y no podía reclamara para sí protección de ninguna investigación o castigo en virtud de su fuero porque, legal y jurídicamente, carecía de fuero alguno al haber sido su nombramiento un nombramiento completamente ilegal.

¿Y qué de la posibilidad de que, en el caso de las dos actas de nacimiento de Javier Corral, la mexicana y la norteamericana, haya ocurrido lo contrario en lo que toca a los orígenes de las dos actas de nacimiento? En los últimos años han estado saliendo a flote casos de niños nacidos en México cuyos padres tiempo después, sobornando enfermeras y parteras norteamericanas que viven en ciudades fronterizas norteamericanas e inclusive médicos norteamericanos, obtuvieron el acta de nacimiento norteamericana apócrifa al no haber nacido realmente el vástago en los Estados Unidos. De ser así, en el lado positivo para Javier Corral éste podría usar un argumento así para proclamarse hoy como un mexicano genuinamente nacido en México, volviendo legales todos los cargos públicos que ha ostentado tanto en la Cámara de Diputados como en la Cámara de Senadores. Pero en el lado negativo, esto no solo acabaría automáticamente (y sin necesidad de trámite consular alguno) con su ciudadanía norteamericana. Lo volvería culpable de un delito federal en los EE.UU. que le impediría de por vida el poder regresar a dicho país excepto para ser arrestado al tratar de cruzar, echado varios años a una prisión federal, y después deportado a México sin esperanza alguna de poder obtener ni siquiera un permiso temporal de cruce incluso por razones humanitarias. De cualquier modo, todo el peso de las evidencias, incluida su propia versión de los hechos, avala como genuino el dato de que nació en los Estados Unidos y si se le obtuvo un acta de nacimiento mexicana por el procedimiento ilegal ya señalado entonces tal acta de nacimiento mexicana es la apócrifa volviendo ilegales todos los fines de trámite para los cuales haya sido utilizada en México. Además, es muchísimo más difícil alterar registros en un hospital como el hospital Thomason el cual es un hospital público y no privado hoy conocido como el University Medical Center of El Paso, que llevar a cabo tal alteración de registros en las oficinas del Registro Civil de México, de lo cual el mismo yanqui Javier Corral al hablar acerca de la presunta alteración de los registros para "desaparecer" y "borrar" la existencia de un presunto hermano del Gobernador César Duarte Jáquez. El caso es que, no importa qué versión quiera inventar de última hora el yanqui Javier Corral, cualquier versión que quiera dar a los medios es una versión que termina colgándolo del pescuezo.

Una cosa en la que no se ha puesto énfasis arriba es que cinco años antes de que Javier Corral fuera Diputado federal en el Congreso de la Unión, en 1992 ya había sido Diputado estatal en la LVII Legislatura del Congreso del Estado de Chihuahua, o sea seis años antes de la entrada en vigor de la Ley de Nacionalidad que dio legitimidad a la doble nacionalidad. Si Javier Corral no era un mexicano de nacimiento cuando fingió serlo el primero de septiembre de 1997 para poder ocupar ilegalmente una curul como Diputado en la LVII Legislatura del Congreso de la Unión, lógicamente tampoco lo era antes cinco años antes cuando ocupó una curul en el Congreso local del estado de Chihuahua del 30 de septiembre de 1992 al 29 de septiembre de 1995. pero YO Víctor Olague no considero necesario ir tan atrás para poder construir jurídicamente un caso en contra suya. Basta referirnos al período del primero de septiembre de 1997 al 31 de agosto del 2000 cuando usando las mismas mentiras que ya había usado antes, el yanqui estuvo gozando a lo grande e ilegalmente los sueldos, dieta y privilegios de un Diputado federal. robándole tales oportunidades a los mexicanos que siempre lo han sido y que no son yanquis nacidos en el país del dólar. En todo caso, el haber ocupado una diputación estatal chihuahuense a partir de 1992 siendo un yanqui, complica aún más su ya de por sí precaria situación legal.

La falta de respeto del yanqui Javier Corral hacia los asuntos internos de un país que no era suyo empezó a darse mucho antes de que en 1992 Javier Corral ocupara el cargo de Diputado estatal en la LVII Legislatura del Congreso del Estado de Chihuahua en donde presidió la cámara local. Pese al tiempo transcurrido, aún hay miles de juarenses y chihuahuenses que fueron testigos de cómo este yanqui estuvo metiendo su mano en los procesos electorales de 1983 (Ciudad Juárez) y de 1986 (todo el estado de Chihuahua, el famoso "verano caliente" que él contribuyó a calentar aún más con sus discursos incendiarios en contra del gobierno de México). Cuando esto ocurrió, estaba plenamente vigente el Artículo 33 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 que en forma clara y contundente le prohibía a los extranjeros no-nacidos en México y carentes de la nacionalidad mexicana el poder inmiscuírse en la vida política interna de México. Con cambios mínimos a partir de la modificación que tuvo con la reforma de junio de 2011 (una reforma en la cual el yanqui Javier Corral metió su mano y su voto como Diputado al Congreso de la Unión), dicho Artículo dice lo siguiente:
Artículo 33.- Son personas extranjeras las que no posean las calidades determinadas en el artículo 30 constitucional y gozarán de los derechos humanos y garantías que reconoce esta constitución.

El Ejecutivo de la Unión, previa audiencia, podrá expulsar del territorio nacional a personas extranjeras con fundamento en la ley, la cual regulará el procedimiento administrativo, así como el lugar y tiempo que dure la detención.

Los extranjeros no podrán de ninguna manera inmiscuirse en los asuntos políticos del país.
Los exiliados republicanos de España a los cuales México dió asilo entre 1939 y 1942 siempre fueron muy respetuosos del Artículo 33 constitucional, como también lo fueron los argentinos, los polacos, los alemanes y los ingleses que inmigraron legalmente a México. Todos, excepto el yanqui Javier Corral que sabía perfectamente de esta prohibición como también sabía que él no había nacido en México sino en Estados Unidos, lo cual nunca ha sido impedimento para que se ponga a moralizar y dar cátedra desde la tribuna del Senado sobre lo que es correcto y lo que es incorrecto, sobre lo que es ético y lo que no es ético, y sobre lo que es legal y lo que no es legal y debe ser severamente sancionado. Y castigar duramente desde la silla del gobernador de Chihuahua a todos aquellos que según él y sus propios criterios personales no obedezcan o no hayan obedecido las leyes mexicanas e incurran en desacato a la figura del gobernador así sea un yanqui que se ha carcajeado de las leyes de México a lo largo de su vida.

¿Y qué de la tercera fecha, el 8 de diciembre de 2015, que se había mencionado arriba al principio? Se trata de una fecha reciente de la cual posiblemente el yanqui Javier Corral no quiere que aparezca mención alguna en su página personal biográfica en Wikipedia o cualquier otra referencia biográfica sobre él. Sucedió apenas el año pasado, y es la fecha en la cual el Senado de la República, Senado del cual el yanqui Javier Corral ha formado y sigue formando parte y en el cual estuvo votando hasta febrero de 2016, aprobó una reforma al Artículo 30 constitucional que señala que serán mexicanos por nacimiento quienes hayan nacido en el extranjero, hijos de padres mexicanos, de padre mexicano o de madre mexicana, concediendo el derecho a la identidad y pertencia a México a hijos de mexicanos nacidos en otro país. Específicamente, la reforma llevada a cabo en diciembre de 2016 dice que “Son mexicanos por nacimiento, los que nazcan en el extranjero, hijos de padres mexicanos por nacimiento, o de padre mexicano o de madre mexicana por nacimiento”. Antes del cambio, la Constitución señalaba que son mexicanos por nacimiento “los que nazcan en el extranjero, hijos de padres mexicanos nacidos en territorio nacional, de padre mexicano nacido en territorio nacional, o de madre mexicana nacida en territorio nacional”. Hay muchas referencias en Internet sobre esto, como el artículo publicado en Crónica bajo el título “Aprueban dar la nacionalidad a extranjeros hijos de padres mexicanos” o el artículo publicado en El Universal bajo el título “Avalan nacionalidad para hijos de mexicanos nacidos en el extranjero” ¿Cuáles son las implicaciones legales de esto? Que para poder reclamar el beneficio de la nacionalidad mexicana “por herencia”, era requisito indispensable que cualquiera de los padres de Javier Corral (o ambos) hubiese nacido en territorio mexicano. Si ambos padres del yanqui Javier Corral eran extranjeros (al igual que el hijo de ellos el yanqui Javier Corral), entonces todavía hasta diciembre del año pasado Javier Corral habría estado impedido legalmente por completo de poder reclamar para sí la ciudadanía mexicana “por herencia”, y habría estado impedido legalmente de ocupar un escaño en la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión de México que inició sus funciones el día 1 de septiembre de 2015 a menos de que hubiera tramitado desde hace mucho tiempo atrás y hubiera obtenido desde hace mucho tiempo atrás la ciudadanía mexicana por los conductos oficiales para tales efectos. Sin embargo, dada la ilegalidad dentro de la cual se ha estado conduciendo Javier Corral, y tomando como base la hipótesis de que también sus dos padres hayan incurrido en la misma ilegalidad, entonces Javier Corral habría estado impedido por completo de poder reclamar por lo menos hasta diciembre de 2015 el beneficio de la reforma al Artículo 30 constitucional. Este cambio reciente al Artículo 30 constitucional llevado a cabo el 8 de diciembre de 2015 no aligera nada de lo que ya se ha mencionado en contra del yanqui Javier Corral sino que complica aún más la situación legal de Javier Corral en México, porque si sus padres nacieron (al igual que él) en los Estados Unidos y ninguno de ellos hizo los trámites para inmigrar legalmente a México renunciando a su ciudadanía norteamericana sino tomando la ruta fácil e ilegal de ser los beneficiarios de actas de nacimiento en México obtenidas mintiendo a las autoridades del Registro Civil en México, entonces no existiría ya ninguna ruta legal para que el yanqui Javier Corral pudiese reclamar la ciudadanía mexicana  “por herencia”, ciertamente no argumentando que su padre o su madre nacieron en México si tal cosa no ocurrió. Por otro lado, la reforma al Artículo 30 constitucional fue aprobada por el Senado en diciembre de 2015 con el voto del yanqui Javier Corral como Senador, un más que obvio y gravísimo conflicto de intereses. Si se toma en cuenta que esta reforma fue promovida desde el mismo Senado y votada a favor por alguien que carecía de atributos y facultados legales para llevar a cabo tal modificación a la misma Constitución, en este grave conflicto de intereses hay razón para suponer que el cambio en la ley en el Artículo 30 cae por su propio peso volviéndose improcedente. Esto sobre el principio de que no puede ser válida una ley en cuya elaboración y votación haya participado alguien (cualquiera) que tuviera un interés personal y obtuviera un beneficio personal en la aprobación de la misma, y si una irregularidad así queda al descubierto, entonces se vuelve necesario hacer una reposición del procedimiento, o dar el paso inusual de tomar como legal la intervención ilegal en la elaboración y aprobación de la ley de alguien que por lo menos se debería de haber excusado (y Javier Corral no se excusó de votar en la modificación llevada a cabo en diciembre de 2015 del Artículo 30 constitucional, como no se ha excusado jamás de votar en el Congreso de la Unión en modificaciones a la Constitución que lo benefician en lo personal en la cuestión de su reclamo a una doble nacionalidad).

Un dato de interés en nuestras indagatorias se resume en la siguiente pregunta: ¿en qué fecha obtuvo Javier Corral su primera Credencial para Votar en el Registro Federal de Electores expedida por el Instituto Federal Electoral? La credencial de elector con fotografía hizo por vez primera su aparición el 3 de julio de 1992, nacida como producto de la desconfianza. Testigos de la estapa de transición hacia la credencial de elector que finalmente permitió contar con una credencial con fotografía hace ya 20 años son los mexicanos nacidos antes de 1974 (Javier Corral entre ellos), quienes hoy superan los 38 años y representan alrededor de la mitad de los 79.4 millones de mexicanos que pueden ejercer legalmente su voto. Fue en los primeros años de la década de los 90 cuando a la par del nuevo modelo de credencial para votar con fotografía se fue conformando el padrón electoral en un intento por dar certeza a los mexicanos de poder contar con una identificación que los acreditara como ciudadanos y votantes en las elecciones. “La idea era tener una nueva cancha de juego delimitada donde nadie se pasara de listo”, explica Gilberto Medina Casillas, funcionario en esa época del Instituto Federal Electoral (IFE) y a quien podría considerarse como el creador de ambas herramientas electorales. Pero antes del modelo con fotografía vigente desde 1992 hubo dos tarjetas. La primera se podía obtener en menos de media hora y parecía de cartón, comenta Medina Casillas. El trámite era simple y rápido, pero permitía, por ejemplo, a una sola persona llegar con 100 o 200 credenciales a una casilla para sufragar en su nombre; no había un control para identificar al ciudadano de manera individual. El primer intento de cambiar este sistema ocurrió en 1990, en medio de cuestionamientos sobre la legalidad de la elección presidencial de 1988 registrada dos años antes, y que derivó en una reforma electoral. Medina Casillas llegó al Registro Nacional de Electores después de haber aplicado el censo de 1990, desde ahí promovió un nuevo padrón electoral y, posteriormente, la nueva credencial. El padrón se creó a partir de cero. El que existía hasta entonces estaba “defectuosamente concebido, defectuosamente implementado y mal hecho”. Los representantes autorizados del IFE visitaron 18 millones de hogares en siete meses, y hasta seis veces el mismo hogar hasta que encontraban a todos los integrantes de la familia en edad de votar para registrarlos. Una vez concluida la lista de votantes se dio paso a la nueva credencial. Era de color naranja, de plástico duro y aunque ya contaba con candados no tenía foto, por lo que no tardó mucho en ser sustituida. Al año se dio a conocer la nueva credencial con fotografía incluida, hologramas, sellos, fabricada con material especial traído de Estados Unidos, y con número de folio. Finalmente el 3 de julio de 1992 el nuevo modelo de credencial con fotografía fue aprobado por el Consejo General del IFE como el único instrumento para votar.

Estos son los tres tipos de credenciales del IFE conforme fueron evolucionando hasta llegar a la credencial con fotografía:




Javier Corral hoy reconoce y acepta que nació en los Estados Unidos el 2 de agosto de 1966, y podemos suponer que es la misma fecha que aparece en sus dos actas de nacimiento, la estadounidense (genuina) y la mexicana (apócrifa). Habiendo adquirido Javier Corral la mayoría de edad de 18 años el 2 de agosto de 1984 (la mayoría de edad que antes de 1969 era de 21 años fue bajada a los 18 años en con la publicación en el Diario Oficial de la Federación el día 22 de diciembre de 1969, y es precisamente de lo que trata el Artículo 34 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos), es lógico dar como hecho irrebatible que obtuvo su primera credencial de elector no antes del 2 de agosto de 1984 pero posiblemente en 1990 o a más tardar en 1992 cuando se instituyó la credencial de elector con fotografía. Siendo así, ¿qué acta de nacimiento o prueba de mexicanidad presentó Javier Corral para obtener su primera credencial de elector? ¿El acta de nacimiento norteamericana? Imposible, tal documento no se lo habrían aceptado, y si se lo hubieran aceptado habría sido en términos completamente ilegales (soborno, corrupción, etcétera). Su única opción hubiera sido presentar su acta de nacimiento mexicana apócrifa, máxime que en 1992 no entraba en vigor la Ley de Nacionalidad, que solo hasta el mes de enero de 1998 (seis años después) le permitía reclamar para sí "por herencia" la nacionalidad mexicana.

El yanqui Javier Corral ha estado reiterando sin parar, desde antes de las elecciones del 5 de junio de 2016 y después de las elecciones del 5 de junio de 2016, que llevará ante la justicia al actual Gobernador de Chihuahua César Duarte Jáquez, y de hecho también al defenestrado candidato priista Enrique Serrano Escobar así como otros a los cuales Javier Corral se refiere despectivamente como miembros de la pandilla del Gobernador César Duarte, con la finalidad de meter a César Duarte Jáquez y a todos los miembros "de su pandilla" a la cárcel, una promesa solemne formulada a todos los que votaron por Javier Corral con la cual sin la menor duda toda la administración de Javier Corral será evaluada en lo que toca a la seriedad del yanqui Javier Corral para cumplir con sus promesas. La evaluación de toda su administración quedará reducida a una sola pregunta: ¿ya metió el Gobernador Javier Corral a la cárcel al ex Gobernador César Duarte como estuvo prometiendo que lo haría? ¿Sí o no?

Sin embargo, es imposible creer que esta amenaza que el yanqui Javier Corral le ha estado formulando en forma repetida al actual Gobernador César Duarte Jáquez no tenga absolutamente nada que ver con el hecho de que el Gobernador Duarte hizo público ante todos los medios el dato de que el yanqui Javier Corral tiene un hermano, también yanqui, con antecedentes en los Estados Unidos por tráfico de drogas, un hecho terrible que el Gobernador César Duarte creyó que todos los chihuahuenses tenían derecho de saber antes de acudir a votar a las urnas el 2016. ¿O acaso pensó el yanqui Javier Corral que el pueblo de Chihuahua no tenía ningún derecho de enterarse de esto antes de las elecciones del 5 de junio de 2016?

Las amenazas anticipadas del yanqui Javier Corral de meter a la cárcel al Gobernador César Duarte deben tomarse con toda la seriedad del mundo, puesto que en el cumplimiento de ellas fincó los votos de muchos que fueron seducidos con tales promesas. ¿Entonces el yanqui Javier Corral tiene planeado estar usando su enorme poderío como Gobernador para estar desahogando rencores y estar consumando venganzas personales que no le van a traer ningún beneficio personal a quienes votaron por Javier Corral ni le van a traer ningún beneficio al estado de Chihuahua? En tal caso, también podría esperarse que use todo su vasto poderío para destruirle en grado máximo su vida a Cruz Pérez Cuellar, el ex candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Chihuahua en 2016. Después de todo, Cruz Pérez Cuellar hizo algo que ni siquiera el Gobernador César Duarte se atrevió a hacer en contra del Senador Javier Corral: el 23 de febrero del 2015 presentó una denuncia ante la PGR en Ciudad Juárez en contra de Javier Corral Jurado, senador panista, y de sus hermanos Roberto y Raúl Corral Jurado, por sus presuntos vínculos con el crimen organizado que pudieran tener Javier Corral y sus hermanos, además de haber presentado una denuncia en donde acusó a los hermanos Corral Jurado de enriquecimiento inexplicable al tener 5 propiedades en Ciudad Juárez y en la capital del estado valuadas en 18 millones 292 mil pesos.

De cualquier modo, la lista de venganzas personales de Javier Corral Jurado se antoja larga, aunque con cinco años en la gubernatura tal vez se siente confiado y seguro de que tendrá tiempo más que suficiente para vengarse y tomar represalias en contra de todos aquellos que cree que le han desprestigiado o le han hecho algún daño. ¿Un yanqui emprendiendo una cacería de mexicanos dentro de territorio mexicano amparado en un puesto de poder que le concede la doble nacionalidad? Desgraciadamente, en este pobre país, hasta esta posibilidad hemos llegado.

El todavía alcalde de Delicias, Jaime Beltrán del Río, como ex panista al cual el yanqui Javier Corral también aborrece, ya recibió una muestra anticipada de lo que tal vez le espera con el motín que le hicieron varios panistas (¿enviados por Javier Corral?) a escasos cuatro días de haberse llevado a cabo las elecciones del 5 de junio, lo cual a su vez fue un preludio para otro motín llevado en contra del Palacio de Gobierno Estatal de Chihuahua con el doble propósito de sacar por la fuerza al aún Gobernador César Duarte (¿para lincharlo?) y a la vez intimidar al Tribunal Estatal Electoral advirtiéndole de las cosas que pueden suceder si el TEE valida las impugnaciones presentadas por el PRI en contra de las elecciones en las cuales ganó el yanqui Javier Corral. Esta es la foto del recuerdo histórico del motín que se llevó a cabo en contra del Palacio de Gobierno en la ciudad de Chihuahua con los panistas Rogelio Loya y Ana Gómez (¿también enviados por Javier Corral?) que hicieron todo lo que pudieron para enardecer los ánimos y azuzar a sus seguidores:




Pero estamos soslayando un asunto aún más importante y de fondo:

¿Con qué calidad moral, con qué autoridad moral, un yanqui que no ha dejado de serlo (se hablará en mayor detalle sobre esto más abajo) y cuyo ascenso al poder ha estado presidido de ilegitimidad se atreve a amenazar con aplicar su vengativa "justicia" a mexicanos que sí lo son y que no han llevado una doble vida como la suya?

Si el yanqui Javier Corral ya investido como gobernador de Chihuahua encuentra pruebas suficientes para refundir en la cárcel por una larga temporada a César Duarte Jáquez, pues ese será asunto suyo, pero en todo caso también debe pedir que se le aplique la ley como el yanqui que es con el mismo rigor con el que este yanqui está más que dispuesto a ponerle la soga al cuello a otros que tengan el infortunio de terminar cayendo bajo su autoridad.

Ahora bien, ¿por qué es importante el hecho de que alguien revestido de ilegitimidad ascienda al máximo poder Ejecutivo en el estado más grande de México? Por el simple hecho de que alguien que está acostumbrado en su actuar a comportarse fuera de la ley lo seguirá haciendo en otras cosas mucho más importantes y graves que ya desde un puesto importante de poder, cosas que pueden afectar y dañar a muchos inocentes. El mejor ejemplo de ello es el hecho de que Javier Corral ya anunció el 28 de junio del 2016 que va a incluir dentro de su equipo de transición y presumiblemente dentro de su equipo de gobierno a nadie menos que Francisco Barrio Terrazas. ¿Pero quién es realmente Francisco Barrio Terrazas, además de haber sido el gobernador de Chihuahua de 1992 hasta 1998? Pues resulta que se trata ni más ni menos que del siguiente personaje:




Esto apareció el lunes 16 de octubre del 2000 en el periódico El Diario.

Quien haya oído hablar de la narcopolítica, sobre todo quienes viven en Chihuahua, deberían de ponerse a temblar de pies a cabeza al leer este artículo. Y más aún cuando se enteren de que es completamente cierto y verídico que el yanqui Javier Corral tiene un hermano también yanqui, nacido en los Estados Unidos de nombre Raúl Corral con nexos con la delincuencia organizada en México, a grado tal de que las autoridades norteamericanas ya tienen un expediente criminal sobre Raúl Corral, el expediente EP-02-CR-2036-DB, habiendo sido convicto y echado a prisión por importar desde México más de 50 kilogramos de droga. Sin embargo, siendo un ciudadano estadounidense, las autoridades norteamericanas no pueden deportarlo a México, y este peligroso narcotraficante hermano de Javier Corral puede ingresar a México cuantas veces quiera (su hermano el yanqui Javier Corral ciertamente no se lo va a impedir ya como gobernador de Chihuahua) y puede regresar a los Estados Unidos cuantas veces quiera por ser un norteamericano nacido en los Estados Unidos. Un yanqui gobernando a México emparentado con un hermano narcotraficante que puede disfrutar libre tránsito de México hacia los Estados Unidos y volver cuantas veces quiera ante la impotencia total del FBI y la Drug Enforcement Administration que además ha sumado a su equipo de transición a un gobernador que tiene un pasado negro al haber sido acusado en la prensa de estar vinculado con el Cártel de Juárez, es la receta perfecta para un desastre en ciernes. Si bajo el gobierno del yanqui Javier Corral se va a repetir lo mismo que lo que se presume que sucedió cuando Francisco Barrio gobernó a Chihuahua, es de suponerse que tarde o temprano en Chihuahua algún cártel va a tratar de entrar en negociaciones y "apalabrarse" con el Gobernador Javier Corral no directamente sino a través de terceras personas, ya sea el hermano narco del gobernador yanqui o el ex gobernador Francisco Barrio. Y esto a su vez tiene todo lo que se requiere para sumir al estado de Chihuahua en una violenta y sangrienta narcoguerra con una estela de miles de muertos y desaparecidos en el horizonte, por dos razones: un cártel que se arregla con un gobernador se sentirá autorizado para eliminar a toda la competencia que le puedan dar otros cárteles contrarios en dicho estado, y los demás cárteles tendrán razones de sobra para considerar a un cártel que ya se haya "arreglado" con un narcogobernador como un enemigo peligrosísimo que tiene todo el potencial para sacarlos fuera de la competencia, quedándoles como única opción el declararle la guerra total al cártel que suponen se haya "emparentado" y hecho socio con el gobernador.

Una señal del posible regreso de la narcopolítica al estado de Chihuahua con el líder de alguno de los cárteles de México "apalabrado" y en complicidad absoluta con el hombre más poderoso de Chihuahua, o sea el Gobernador (yanqui) Javier Corral, sería un repunte de la violencia para empezar a eliminar y sacar fuera de Chihuahua a todos los demás cárteles que no llegaron a ningún acuerdo para compartir el territorio chihuahuense y las enormes ganancias económicas con quienes les garantizarán protección, y precisamente el jueves 14 de julio de 2016 ése fue el encabezado en primera plana del periódico El Diario, que con el título Repunta violencia asienta: "En tan sólo 13 días de lo que va del mes se habían cometido hasta anoche 27 homicidios en esta ciudad, un promedio de dos asesinatos diarios, por lo que julio se coloca como uno de los meses más violentos del año", agregando: "Además, han regresado las ejecuciones en la vía pública, como la registrada ayer por la tarde afuera de una tienda de abarrotes al suroriente de la ciudad, donde fueron asesinados dos hombres frente a los vecinos del fraccionamiento Portal del Roble" y "El hecho más sobresaliente en lo que va del mes fue el homicidio de cuatro personas calcinadas a bordo de una camioneta en El Sauzal, a quienes incendiaron vivas".

Otra señal reciente aún más preocupante sobre un posible regreso de la narcopolítica al estado de Chihuahua es la nota aparecida en el periódico El Diario el 12 de julio de 2016, que tiene por título Amenazan a fiscal general con 'narcomanta'. La nota dice "Una narcomanta con amenazas de muerte contra el fiscal general del estado, Jorge Enrique González Nicolás, y sus colaboradores de la Fiscalía General del Estado (FGE), fue localizada ayer por la mañana en la colonia La Cuesta. El mensaje, supuestamente de la autoría de Rafael Caro Quintero, fue puesto en el cruce de las calles Sierra Leona y Montes Urales, sobre una malla ciclónica de un pozo de la Junta Municipal de Aguas y Saneamiento. El escrito señala que supuestamente habrá una "limpia" (homicidios de rivales) en la ciudad, además de dar plazo de una semana tanto al funcionario estatal como a sus colaboradores para que renuncien. La amenaza fue colocada días después de que el fiscal aseguró que el narcotraficante, liberado en agosto del 2013 del penal de Puente Grande, quería entrar a Chihuahua para traficar con droga". Esta amenaza terrible y preocupante está dirigida en contra de los mismos procuradores y agentes ministeriales que bajo la administración del priista César Duarte Jáquez lograron rescatar con un esfuerzo prolongado y penoso a Ciudad Juárez de su clasificación como la ciudad más peligrosa del mundo, un esfuerzo que muy bien podría irse a la borda en cuanto se lleve a cabo el cambio de administración.

Resulta muy sospechoso que justo en la víspera del gran regreso a los círculos del poder político en Chihuahua del presunto extorsionador de narcos y ex gobernador Francisco Barrio Terrazas -por obra y gracia de su ahijado político el yanqui Javier Corral-, el narcotraficante Caro Quintero (o un jefe de cártel que por cuestiones estratégicas y para desviar la atención presume ser Caro Quintero) de repente y después de su fuga hace casi tres años parece estar dando señales de actividad precisamente en el estado de Chihuahua presuntamente con planes de regresar en grande para convertirse en el más importante exportador de drogas (cocaína, heroína, metanfetaminas, mariguana) hacia la Unión Americana a partir de 2016.

¿Hay alguna garantía de que un poderoso narcotraficante como Rafael Caro Quintero no se haya "apalabrado" ya con el próximo gobernador de Chihuahua a través de varios intermediarios para usar a Chihuahua como plataforma de operaciones con la misma impunidad con la que operó el Cártel de Juárez en sus días de gloria? La respuesta es: ninguna, no existe ninguna garantía de que tal cosa nunca podrá ocurrir o no haya ocurrido ya. ¿Se trata de meros incidentes aislados, o son nubarrones de tormenta que advierten que algo terrible se cierne ya sobre el estado de Chihuahua a pocos meses de que se lleve a cabo el cambio de poderes? Ojala algunos de los muchos que votaron por Javier Corral en junio de 2016 lo hicieron porque él les prometió a los chihuahuenses mayor seguridad y un fin a la impunidad, porque se acerca la hora de saber si realmente tenía intenciones de cumplir con sus promesas.

Otra muy mala señal, pésima por cierto, de lo que tal vez pueden esperar los chihuahuenses de manos del yanqui que pretende gobernarlos por los próximos cinco años, es la selección personal de Javier Corral del tipo en cuyas manos estará la seguridad personal de Javier Corral, de nombre Juan Manuel Escamilla León, el cual cuenta con un negro historial y de hecho fue detenido en octubre de 2010 por el delito de abuso de autoridad y tortura. El yanqui Javier Corral no podía haber encontrado en todo Chihuahua una reputación peor para el cargo que habrá de desempeñar. En relación a esta funesta selección, que ha hecho que muchos que votaron por el yanqui Javier Corral se estén arrepintiendo de haber votado por él, la abogada juarense Miriam Ornelas en su ensayo con el título quizá profético La sociedad se pudre desde arriba asentó estas palabras: "ha causado cierta inquietud el nombramiento del jefe de seguridad del gobernador electo Javier Corral Jurado en la persona del señor Juan Manuel Escamilla León, quien es una persona con un amplio historial en las filas policiacas y en los anales de la justicia, donde ha sido llevado a los tribunales bajo los cargos de abuso de autoridad y tortura (...), Lo que se teme es que algunas personas de cierta mala fama injustificada o no, escalen las estructuras del poder policiaco en la próxima Administración estatal al grado de ser contratados como escoltas personales de nuestro gobernador electo; un puesto de mucho poder dada la cercanía para con el futuro gobernador de nuestro estado (...), Continuar las nuevas administraciones con una recua de bandidos va a ser patético y la sociedad no quiere más de lo mismo (...), Una verdad muy clara es que la mazorca se desgrana desde arriba y si el titular del Ejecutivo comienza con sus pillerías, como lo han hecho casi todos nuestros dirigentes, pues los de abajo no se detienen y con esta actitud reciben una especie de permiso de corsarios para robar y abusar a diestra y siniestra. De hecho existen los dirigentes que instruyen a sus subalternos para que roben para ellos". Dado lo reciente de esta designación, no es posible saber si Juan Manuel Escamilla León fue seleccionado en base a una recomendación personal del hermano narco de Javier Corral o del ex gobernador Francisco Barrio Terrazas que ha sido ligado con la delincuencia organizada. Tal vez algún día se sepa. Este tipo de decepciones mayúsculas demuestra la enorme importancia de ejercer el voto responsablemente de una manera consciente y razonada pensando en el bienestar de las generaciones futuras, sobre todo cuando hay consecuencias a corto, mediano y largo plazo.

Un acontecimiento histórico al que seguramente muchos estarán atentos (al menos yo sí lo estaré) que marcará un hito al inicio de la ilegítima gubernatura del yanqui Javier Corral será el primer ejecutado durante la administración pública de Javier Corral cuya muerte revista todas las características de haber sido una ejecución del crimen organizado. Olvidemos por un momento las narcoejecuciones que están ocurriendo ahora que posiblemente sean apenas un anticipo de lo que está por venir. ¿No prometió Javier Corral un nuevo y brillante amanecer para todo el pueblo de Chihuahua en caso de ser electo? Veremos qué tanto dura esa promesa (¿semanas, días, horas?), sobre todo si un tipo como Francisco Barrio Terrazas bajo cuya administración se prohijó irresponsablemente el desmedido crecimiento del Cártel de Juárez va a ser miembro colaborador y consejero del gobernador de origen yanqui Javier Corral.

¿Cómo se administró la justicia en el estado de Chihuahua en el sexenio durante el cual el PAN, el yanqui Javier Corral y su padrino político y presunto extorsionador de narcos Francisco Barrio Terrazas estuvieron mangoneando a su antojo el poder político en Chihuahua? Existen en la Web varias fuentes y referencias que lo documentan, y tal vez una de las más documentadas es la titulada "Justicia Negra" dividida en dos partes que documentan a la perfección lo que sucedió en Chihuahua cuando el PAN gobernó a Chihuahua, ambas partes accesibles en los siguientes vínculos:

http://justicia-negra.blogspot.com/

http://justicia-negra-2.blogspot.com/

La única forma en la que el ex Gobernador Francisco Barrio Terrazas podía volver a los círculos del poder político en Chihuahua era a través de su ahijado y émulo el yanqui Javier Corral, y con las notas periodísticas publicadas el jueves 7 de julio del 2016 confirmando que él encabezará el equipo de transición del yanqui Javier Corral, los voraces delirios de grandeza del megalómano Francisco Barrio están a punto de verse satisfechos. Esta es la foto del recuerdo para la posteridad:




Una pista de la enorme desesperación de Francisco Barrio Terrazas, padrino político de Javier Corral, para regresar a las redes del poder, la tenemos en un incidente que ocurrió en un foro que se llevó a cabo el 6 de mayo de 2016 a las seis de la tarde en el campus del Instituto Tecnológico de Monterrey en Ciudad Juárez, en donde actuando como un guarura y guardaespaldas de Javier Corral casi se lió a puñetazos con un joven que estaba tratando de cuestionar al candidato Javier Corral, gritándole iracundo "Vete a la chingada, cabrón" y actuando como un bravucón de cantina. Esta actitud pendenciera está desde luego justificada en alguien que se está jugando mucho en una elección, y con los antecedentes de Francisco Barrio Terrazas y su pasado sombrío en su administración de la justicia no cuesta mucho trabajo imaginar lo que estaba en juego en estas elecciones en Chihuahua en 2016.

Aquí falta agregar que en el 2006 Francisco Barrio, gastando sumas multimillonarias de su propio dinero, hizo todo lo que pudo para convertirse en Presidente de México empezando con la promoción de su autopostulación dentro del Partido Acción Nacional, aunque todas sus barbaridades y dislates estaban demasiado recientes en la memoria de muchos y le fue imposible encontrar apoyos inclusive dentro del mismo Partido Acción Nacional. Pero hoy, diez años después y apostándole al olvido histórico de la gente tal y como lo hizo exitosamente el yanqui Javier Corral con tan buenos resultados, es posible que los delirios de grandeza de Francisco Barrio se están encendiendo de nuevo para la contienda presidencial del 2018. Y podemos anticipar desde ahora de lo que sucedería con México si llegara a caer en manos de alguien como Francisco Barrio Terrazas.

Además de lo que se ha destacado arriba, el amoral y falso Mesías de los años ochenta Francisco Barrio Terrazas que presuntamente de santón salvador émulo de Ghandi se corrompió dejándose caer hasta el fango hasta terminar pactando con narcos llegando al extremo de extorsionarlos como Gobernador de Chihuahua -de acuerdo a lo que revelan las notas periodísticas citadas arriba- tiene mucha cola que le pisen. Precisamente por la terrible ralea moral del presunto extorsionador de narcos Francisco Barrio, hace ya algún tiempo que elaboré un trabajo que documenta algo más sobre él así como algunos de sus compinches (material que no fue usado por ninguno de los partidos políticos adversarios del PAN en las elecciones del 5 de junio del 2016, en buena medida por eso perdieron), material que he compartido con la gente conectada a Internet que puede ver una pequeña porción del amplio y negro historial de Francisco Barrio que puede ser repasado en el siguiente vinculo:

http://hechos-historicos-chihuahua.blogspot.com/2013/12/francisco-barrio-al-ataque-de-chihuahua.html

Se puede anticipar que el yanqui Javier Corral responda furioso que este artículo publicado a plana completa no es más que una vil mentira de un periódico al que ya ha acusado de mentiroso en el pasado. Sus acusaciones virulentas en contra de dicho periódico tuvieron que ser respondidas personalmente por el dueño y gerente de dicho medio de comunicación, Don Osvaldo Rodríguez Borunda, en la primera plana de la sección principal de su periódico El Diario publicado el 29 de junio del 2004. He aquí la respuesta que en su momento le dio a Javier Corral:

Corral, un mentiroso probado

Sr. Corral:

Es usted un mentiroso compulsivo. Desde el arranque de su campaña y durante estos cuatro meses de proceso electoral, los chihuahuenses hemos tenido la oportunidad de comprobar que como candidato a gobernador, sus palabras han estado permeadas por el embuste, sobre todo en ocasiones y frente a circunstancias por las que no ameritaba el mentir. Ello es sumamente grave para quien aspira a gobernar a más de tres millones de coterráneos, porque quien miente en lo pequeño, calumnia en lo grande. ¿Qué podríamos esperar de usted, de ganar el próximo domingo, cuando tuviera que decidir sobre aspectos tan cruciales para la vida estatal como el narcotráfico, la seguridad pública, el empleo...? ¿Podríamos tener la confianza, la seguridad de que nos hablará con la verdad ante coyunturas que tienen tanto impacto en la sociedad?

Por si su memoria no es tan larga como su capacidad para lanzar las falacias con que pretende engañar a la ciudadanía, le aligeramos el trabajo: enumeramos, como en un código compilatorio, algunas de las más evidentes mentiras que ha proferido en estos meses transcurridos, con el propósito de que los chihuahuenses conozcan y, por ende, estén alertas frente a esta faceta mendaz, ante este lado oscuro tan notorio como riesgoso de quien pretende gobernarlos:

1. Ha dicho que no tiene suficientes recursos para pagar publicidad en los medios -a la vez que ha cuestionado ardientemente a su oponente por un supuesto derroche en propaganda- pero su imagen transmitida a través de spots televisivos por todos los canales locales, e incluso nacionales, ha alcanzado cifras nunca vistas por los televidentes. ¿Tiene o no tiene dinero? ¿O es que toda esta avalancha de marketing electoral fue de gratis? Sin embargo, por más o menos dinero que tuviera, no ha sido ni será suficiente para comprar el control de la línea editorial de un periódico independiente como El Diario.

Reconocemos que su equipo de comunicación es impresionante, al menos el que se encargó de producir el documental sobre su vida y componer la cancioncita pegajosa que lo acompaña, que se transmitió el domingo por la noche de manera simultánea con su cierre de campaña en Ciudad Juárez. Ciertamente hizo llorar a más de uno y probablemente convenció a más. Pero el lector sabe que así como lo hizo su documental, también hay películas muy bien hechas que impactan a los auditorios. Sin embargo, no dejan de ser meros montajes de fantasía.

2. Aseguró a la estructura más importante de los tres partidos coaligados en Todos somos Chihuahua -y luego lo divulgó a través de comunicados- que estaba a sólo tres puntos porcentuales de su oponente, sin mostrar ninguna prueba que confirmara su dicho, al afirmar que la empresa Mitofsky no había dado a conocer el resultado de su último sondeo de opinión (de junio) porque tenía un “empate técnico” entre los dos aspirantes a la gubernatura. En realidad, tanto Mitofsky que sí difundió días después las cifras verdaderas, como tres grandes periódicos de la ciudad de México -El Universal, Reforma, Milenio-, y nuestro El Diario que encargó la suya a Berumen y Asociados, informaron la semana pasada los resultados de sus encuestas. Los cinco estudios de opinión no sólo desmienten sus declaraciones, sino que coinciden en que usted se halla al menos veinte puntos por debajo de Reyes Baeza.

La paradoja de sus afirmaciones se dejó ver asimismo en este contexto, cuando después del debate que sostuvo con Reyes Baeza, El Diario manejó el resultado de un sondeo telefónico aleatorio en el que los televidentes le dieron el gane a su oponente. Usted publicó posteriormente una inserción pagada en la que mostraba recortes de Reforma y El Universal, en donde lo señalaban como triunfador, con un encabezado que decía “La prensa nacional no miente”. Sin embargo, recibió con su desdén acostumbrado los porcentajes que esta ‘prensa nacional’ develó la semana pasada, en los que aparece muy por debajo del otro aspirante. Total, ¿miente o no la ‘prensa nacional’? ¿O sólo cuando no le conviene a sus intereses?

3. En ese renglón de las encuestas, un embuste suyo más: cuando El Diario publicó las conclusiones de su primer sondeo de opinión, en el mes de abril, usted denostó contra estos resultados porque no le favorecen, y a todo el que quiso escucharlo le dijo que el Partido Revolucionario Institucional había encargado y pagado esa investigación, cuando en sus primeras planas El Diario había divulgado previamente, incluso con facsímiles de las facturas correspondientes, que contrató a la empresa Berumen y Asociados, la que a su vez emitió un comunicado desmintiendo sus aseveraciones.

4. A lo largo de su campaña, ha expresado a los chihuahuenses que votar por usted, es votar por la democracia. Nada más alejado de la realidad, porque la democracia no tiene dueño ni una persona puede adjudicarse su representatividad. Eso, en palabras llanas, es absolutismo. Y usted, al pretenderlo, no hace más que patentizar su soberbia, actitud pariente de la intolerancia pero contraria a una búsqueda real de la pluralidad. En Chihuahua, señor candidato, la democracia la hemos ido construyendo entre todos y a lo largo de décadas. Porque los medios, y en particular El Diario, hemos aportado nuestra valiosa colaboración para avanzar en esta transición en la que nos hallamos.

5. Al presentarse como abanderado, primero del PAN y luego de Todos somos Chihuahua, sostuvo ante los chihuahuenses que usted había nacido en Ciudad Juárez, y así lo reiteró en el sitio de Internet dedicado a su campaña. Otra falsedad. La verdad es que nació en El Paso, Texas, concretamente en el hospital Thomason, según publicó por estos días el periódico El Paso Times. Es decir, tiene todavía la nacionalidad norteamericana. Por ética elemental, como aspirante a gobernarlos, debió aclarar desde un principio ante todos sus conciudadanos que no comparte con ellos una de sus dos nacionalidades. Las campañas terminan mañana y nunca esclareció este punto tan fundamental. Eso también es mentir.

6. Cuando a principios del mes de abril el Diario publicó un trabajo de investigación del reportero César Cruz, quien acudió hasta Los Mochis donde entrevistó a las autoridades de la Universidad de Occidente, las que convalidaron que usted terminó la última parte de su carrera como abogado en ese campus pero sin asistir a clases y siendo Senador de la República, puso el grito en el cielo. Injurió a este periódico, lo tildó de mentiroso, dijo que esa publicación sólo era para atacarlo, nos tachó de vendidos al gobierno estatal. No obstante, a los tres días en una entrevista radiofónica confirmó ante los radioescuchas que era cierto, que había concluido sus estudios universitarios sin presentarse en las aulas, que le habían dado la oportunidad por su gran carga de trabajo como legislador. Un mes después presentó su examen profesional ante las mismas jerarquías que habían ratificado su dudoso paso por esa casa de estudios. ¿Quién mintió a quién?

7. En reiteradas ocasiones ha comentado que nunca dijo al inicio de su campaña que condicionaría la publicidad a El Diario, en correspondencia por una equidad informativa. Pero usted sabe que declaró al reportero Raúl Lechuga, uno de los más serios y creíbles de todo el medio periodístico en el Estado, que estaba analizando esa decisión. Y tan fue cierta su afirmación, que en estos cuatro meses de proceso electoral la puso en práctica de manera fehaciente: nunca se anunció en las páginas de este periódico, como sí lo hizo de forma por demás abundante en el resto de los medios de comunicación, lo cual han certificado los chihuahuenses de toda la entidad. ¿Por qué entonces esa obcecación por decir que no dijo lo que dijo, y lo corroboró con demasiados hechos en esta coyuntura electoral? ¿Usted cree que eso no es calumniar?

8. En concentraciones con la gente y en sus mensajes proselitistas usted sostiene que va a terminar con la corrupción. ¿Por qué no lo ha hecho desde que fue diputado local, diputado federal, y como Senador de la República? Ha tenido valiosas oportunidades de poner en práctica lo que ahora ha venido a pregonar como bandera de campaña. La conseja popular es muy sabia: el prometer no empobrece. Usted podrá ofrecer el cielo a los chihuahuenses, pero sus palabras y sus hechos, certificados, no le otorgan la suficiente calidad moral como para creerle que cumplirá con sus compromisos dichos de dientes afuera. Desmienta, si no, que sus largos años en el Distrito Federal como legislador, los ha aprovechado para hacer relaciones y ‘amarres’ con personajes de influencia. ¿Su paso como Senador encargado de la Comisión de Radio y Televisión tiene algo que ver con esta inusitada presencia suya en estos medios electrónicos? Malgastar el tiempo que los ciudadanos le pagamos para legislar, también es defraudar, engañar, mentir. ¿Así quiere erradicar la corrupción?

En contraste, se lanza a través de su padrino político a solicitar un juicio político para el actual gobernador. ¿Por qué no lo denuncia ante los tribunales penales? Porque sabe que un juicio político no tiene la validez como para fincarle cargos ante otros fueros. A nosotros nos encantaría ver en la cárcel a Francisco Barrio, a Patricio Martínez, a Vicente Fox, tanto como a Jesús Alfredo Delgado, a Gustavo Elizondo, a Ramón Galindo, a todos los políticos a los que pudiéramos probarles que actuaron mal en contra de México y de Chihuahua. Pero acusar en tiempos de campaña y sin pruebas de por medio, es una mentira más.

En ese sentido, una de sus propuestas más engañosas es la de que el Procurador de Justicia sea electo por el Congreso del Estado, porque sabe que en la práctica se puede manipular por una mayoría, puede prestarse o no a negociaciones. Nuestra propuesta desde hace años es que tanto este funcionario como todo el aparato de justicia sea elegido por la propia ciudadanía, para que realmente pueda cumplir con la función que ésta requiere.

Gobernar en este país, Sr. Corral, es una tarea difícil. No sabemos si Reyes Baeza estará preparado para ser gobernador de Chihuahua. De lo que sí estamos seguros es que usted es un mentiroso compulsivo, y allí están los hechos reseñados.

Y desde estas líneas se lo digo: Un servidor, Osvaldo Rodríguez Borunda, estoy dispuesto a renunciar como director editorial de los periódicos que edita El Diario, si usted me comprueba que las aseveraciones anteriores no son ciertas. Aquí no mentimos.

El problema fundamental de México a lo largo de su historia ha sido precisamente que los políticos que se han encargado de gobernarlo han sido unos mentirosos. No le han cumplido al pueblo sus promesas y lo han sumido en la desgracia económica, social, cultural. Ya estamos hartos de los embusteros.

Sr. Corral, cuando un hombre es engañoso, por más que diga en la radio, en la televisión, en los medidos en general, que es alguien que aparenta ser, se desacredita más. Usted lo dijo casi al inicio de su campaña: la gente no es tonta. Y esa es una de las frases más acertadas que ha expresado. Porque, por más que su propaganda y sus documentales traten de venderle a los chihuahuenses la imagen de un candidato que casi es un ángel, que promete terminar con todo lo malo que hay en el estado, saben que se trata de mera ficción. Y el domingo se lo van a demostrar.

Atentamente

Osvaldo Rodríguez Borunda

Hay que fijarse muy bien en el quinto punto mencionado por el director del periódico, que por su trascendencia ha sido resaltado en letras de color rojo así como en negritas en lo más importante; y esto es toral para fundamentar la acusación de carácter jurídico y legal que se está haciendo aquí en contra suya. Hubo un tiempo en el que el yanqui Javier Corral estuvo negando deliberadamente el haber nacido en los Estados Unidos en el hospital Thomason de El Paso el 2 de agosto de 1966. ¿Por qué?

Esta es la foto del recuerdo del R.E. Thomason General Hospital en donde nació el 2 de agosto de 1966 el ciudadano norteamericano Javier Corral y del cual años después renegaría para ocultar lo ilegal de su usurpación del cargo de legislador en México, negando haber nacido en dicho hospital pese a tener todo el tiempo en su posesión su acta de nacimiento norteamericana que estuvo escondiendo mostrando únicamente para sus trámites en México su acta de nacimiento mexicana apócrifa con la cual estuvo haciendo su vida política en México hasta que ya no la consideró necesaria e inclusive un peligro que lo podía poner al descubierto:




Javier Corral está hoy más que dispuesto a reconocer, ayudado por la Ley de Población que entró en vigor en 1998 y que tanto él como sus colegas del PAN estuvieron apoyando y promoviendo con la intención oculta de permitirle al yanqui Javier Corral (y a otros panistas yanquis como él) para poseer al mismo tiempo las dos nacionalidades mexicana y estadounidense, lo que antes por tanto tiempo Javier Corral estuvo negando furiosamente incluso con arrebatos de ira y hacienda pataleta, o sea que era un yanqui nacido en los Estados Unidos y no un mexicano de nacimiento. ¿Qué fue lo que lo hizo cambiar de parecer y reconocer que había estado mintiendo? ¿Fue un gesto espontáneo de buena voluntad de alguien que quería salir de las sombras? De ninguna manera, y tiene que ver directamente con el derrumbe de las torres gemelas en Nueva York el 11 de septiembre del 2001 como consecuencia de los atentados terroristas llevados a cabo por la red Al Qaeda de Osama bin Laden.

Antes del 11 de septiembre del 2001, todo lo que se requería de los nacidos en Estados Unidos para poder ingresar a territorio norteamericano era simplemente mostrar su acta de nacimiento norteamericana (¡y podemos estar seguros de que Javier Corral hizo esto muchas veces!), y en muchos casos bastaba con decirle al agente de inspección migratoria en turno: "American citizen", para que después de unas cuantas preguntas el agente dejara entrar al ciudadano norteamericano. Pero a raíz de los atentados terroristas del 11 de septiembre todo cambió, y los requerimientos de ingreso endurecieron de modo extraordinario tanto para los mexicanos como para los nacidos en los Estados Unidos. A los mexicanos que viven en la frontera se les anuló la Border Crossing Card que se les daba de manera gratuita y en forma rápida y se les empezó a exigir la "visa láser" cuya obtención resultó ser toda una odisea burocrática y de alto costo para los aplicantes mexicanos. Y a los nacidos en los Estados Unidos se les empezó a exigir el tener que mostrar un pasaporte oficial que los identificaba como norteamericanos. Y fue aquí que al yanqui Javier Corral (y a muchos otros como él) se le empezó a caer su teatrito, muy en especial por tratarse de alguien que ocupaba un cargo como legislador en el Congreso de la Unión en México. Y la cosa no era tan fácil como simplemente recurrir al acta de nacimiento norteamericana para obtener el pasaporte norteamericano. A raíz de los atentados terroristas y el endurecimiento de medidas para el ingreso a territorio norteamericano, el Consulado norteamericano y la Cancillería Mexicana empezaron a intercambiar sus bases de datos. Y fue así como el Departamento de Estado norteamericano y las autoridades migratorias se enteraron de que muchos mexicanos residentes en la franja fronteriza poseían no una sino dos actas de nacimiento, una en cada país, siendo una de ellas obviamente apócrifa, y empezó a descubrirse que en muchos casos el acta de nacimiento norteamericana había sido obtenida ilegalmente al no haber nacido el individuo en territorio norteamericano. Todo esto salió a la luz en cuanto se empezó a exigir a los nacidos en Estados Unidos la tramitación de su pasaporte norteamericano. Para evitarse problemas y evitar que les quitaran su ciudadanía norteamericana, muchos de ellos le echaron toda la culpa a sus padres argumentando que sus padres eran los culpables por haberles obtenido con reclamos falsos un acta de nacimiento mexicana sin haber nacido en México, lo cual invalidaba por completo el acta de nacimiento mexicana.

Me he tomado la libertad de reproducir lo anterior tomándolo de otro trabajo que elaboré el miércoles 4 de diciembre de 2013 puesto bajo el siguiente enlace:

http://hechos-historicos-chihuahua.blogspot.com/2014/01/la-reina-de-las-pluris-javier-corral.html

Bueno, si el yanqui Javier Corral ante la nota publicada en el periódico El Diario bajo el título "Ligan a Barrio con narco" insiste en apoyar a su padrino político afirmando que los periódicos mexicanos mienten, haremos la observación de que la misma acusación ligando a Francisco Barrio con el narco apareció en los Estados Unidos. He aquí las reproducciones de imagen fotostática de la nota aparecida en el periódico norteamericano El Paso Times a seis columnas en la primera plana de su sección Borderland:





Esto apareció el domingo 15 de octubre del año 2000 en el periódico El Paso Times.

¿Entonces todos los periódicos, tanto los mexicanos como los norteamericanos, mienten y están predispuestos en una magna conspiración internacional en contra de Francisco Barrio? ¡Por favor!

Si Francisco Barrio Terrazas planea interponer una denuncia en contra de Víctor Olague por los delitos de difamación y calumnias aprovechando el hecho de que su comparsa y títere el ilegítimo yanqui Javier Corral ya como Gobernador de Chihuahua va a tener todo el aparato de procuración de justicia bajo sus órdenes directas, independientemente de que tal cosa no se puede hacer por haber proscrito la acción legal de todo lo que se pudiera haber llevado a cabo, Francisco Barrio primero tendría que ir ante los tribunales en contra de un periódico mexicano (El Diario) y un periódico norteamericano (El Paso Times) por las notas publicadas delatando a Francisco Barrio como un presunto extorsionador de narcos y en las cuales Víctor Olague basa directamente su observación, algo que no hizo en el año 2000 y tendría que obtener laudos favorable en ambos casos, algo que no hizo en el año 2000. Y aún si quisiera hacer tal cosa, la pregunta obvia sería, con todos los medios informativos mundiales observando, ¿por qué hasta ahora, por qué 16 años después? Yo adelanto la explicación más sencilla: porque todo lo publicado era cierto. Y el yanqui Javier Corral siempre lo supo. ¡Pues claro que lo supo, porque él y Francisco Barrio siempre han sido cómplices!

¿Y por qué Javier Corral no les advirtió de todo lo anterior a todos aquellos a los que les pidió que votaran por él en este 2016 prometiéndoles las perlas de la Virgen? Eso que se los responda él a ellos; ellos fueron a quienes tomó por sus tarugos y hoy el yanqui se está carcajeando a mandíbula batiente de ellos, no yo.

Todos somos testigos de las terribles repercusiones que se están dando ya en el estado de Chihuahua a raíz del triunfo electoral del ilegítimo Javier Corral. Recientemente yo mismo elaboré un documento al respecto accesible en el siguiente vínculo:

http://hechos-historicos-chihuahua.blogspot.com/2016/06/2016-vienen-tiempos-dificiles-para.html

Considerando que la noche del lunes 4 de julio del 2016 el Juez Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales en el Estado de México, Raúl Valerio Ramirez, libró una orden de aprehensión en contra de la Diputada estatal (desaforada) Lucero Sánchez López por haber usado en una sola ocasión un documento oficial apócrifo para visitar un reo en un penal federal:




nos tenemos que hacer la siguiente pregunta: ¿a qué castigo se debería haber hecho merecedor un individuo como el yanqui Javier Corral que, usando o una acta de nacimiento mexicana esencialmente falsa por haber sido obtenido mediante una mentira, logró en 1997 una curul en el Congreso de la Unión a la cual no tenía derecho por haber sido obtenida presentando ante las autoridades electorales de ese entonces (Secretaría de Gobernación, Instituto Federal Electoral) el acta de nacimiento apócrifa que ilegalmente lo identificaba como un mexicano cuando no lo era? Por dignidad, por decoro, por vergüenza propia, lo menos que debería de haber hecho el yanqui Javier Corral en ese entonces habría sido regresarle a la Tesorería de la Nación todo lo que estuvo percibiendo ilegalmente en el tiempo que duró como Diputado Federal. Mediante varios cálculos independientes, se puede estimar que Javier Corral ha logrado percibir unos 25 millones de pesos en percepciones como legislador a las cuales no tenía derecho. Y a esto hay que agregarle los dineros que espera obtener del pueblo de Chihuahua cuando empiece a cobrar su sueldo como Gobernador, además de los "moches" y trastupijes que un yanqui ilegal de pies a cabeza está dispuesto a cometer.

Si hoy, con un código legal reformado, a Javier Corral se le quitara su nacionalidad mexicana por haber abusado del concepto de la doble nacionalidad de una manera notoriamente ilegal y se le deportara a la Unión Americana, al gobierno norteamericano no le quedaría otra opción más que abrirle las puertas y aceptarlo, porque al fin y al cabo es un yanqui nacido en los EE.UU. y como yanqui habrá de morir.

Otro caso célebre del tipo de gente amoral y falta de valores que recurre a documentos oficiales apócrifos para lograr ilegalmente sus propósitos se tiene en la persona de Raúl Salinas de Gortari, hermano del entonces Presidente de México Carlos Salinas de Gortari. El 15 de noviembre de 1995 la esposa de Raúl Salinas, Paulina Castañón, fue detenida en Suiza en el momento en que abría una caja de seguridad del banco Pictet & Cie. En el lugar se encontró un pasaporte falso de Raúl a nombre de Juan Guillermo Gómez Gutiérrez, así como otros documentos apócrifos. Esta es una fotografía del pasaporte falso, falso no porque no hubiera sido emitido por la Secretaría de Relaciones Exteriores sino por el hecho de haber sido emitido en una dependencia oficial usando datos deliberadamente hipócrifos (misma situación del yanqui Javier Corral):




Como resultado de lo que encontraron, las autoridades suizas confiscaron más de cien millones de dólares depositados en circunstancias que convencieron a la fiscal suiza Carla del Ponte y al juez Paul Perraudin que esos depósitos eran dinero procedente de actividades relacionadas con el narcotráfico, muy posiblemente provenientes del Cártel de Juárez del Señor de los Cielos Amado Carrillo Fuentes que había estado operando tranquilamente en el estado de Chihuahua gobernado por el presunto extorsionador de narcos Francisco Barrio. Como algo digno de mención, el 10 de octubre de 2000 en un noticiero nacional nocturno se presentó la grabación de una llamada telefónica entre Raúl Salinas de Gortari entonces preso en "Almoloyita" y su hermana Adriana Salinas en donde Raúl acusó a su hermano Carlos Salinas el ex presidente de México, de "cobarde" amagando con revelar de dónde salió el dinero que acumuló y que originó la investigación en su contra. Lo interesante aquí es que el yanqui Javier Corral, en vez de alegrarse ante la noticia de lo que revelaba la conversación telefónica entre la hermana de Carlos Salinas de Gortari y el hermano que estaba recluído en prisión, y exigir una investigación a fondo de los posibles nexos de los hermanos Salinas de Gortari con el narcotráfico, se indignó mucho de que la grabación hubiera sido obtenida "ilegalmente" sin el conocimiento y el consentimiento previo de Adriana Salinas de Gortari y Raúl Salinas de Gortari, insistiendo el yanqui Javier Corral que por lo tanto no se probaba nada ni podía ser usada la interceptación telefónica para ir en contra de los hermanos Salinas de Gortari metiéndolos a la cárcel a ambos hermanos, tanto a Carlos como a Raúl. Gracias a este tipo de apoyos proporcionados desde el Senado y la Cámara de Diputados por legisladores como el yanqui Javier Corral, el ex Presidente Carlos Salinas de Gortari jamás pisó la cárcel y ni siquiera se le abrió una investigación en contra suya cuando a cientos de miles de mexicanos se les envía a prisión por delitos de mucho menor calado. Esto es lo que se saca el pueblo de México por tener en el Congreso de la Unión como legisladores a yanquis en cuerpo y alma que ven por sí mismos en vez de ciudadanos que sí aman a México y están dispuestos a luchar e inclusive morir por México.

Aquí falta hacer otra observación importante que permite establecer un paralelo directo entre el yanqui Javier Corral y el hermano del Presidente Carlos Salinas de Gortari. En Europa, como es bien sabido, no es fácil moverse de un lado a otro sin tener un pasaporte a la mano, y es muy difícil en el caso de los turistas extranjeros el poder entrar y salir del continente europeo sin mostrar el pasaporte a las autoridades migratorias europeas. El pasaporte apócrifo de Raúl Salinas de Gortari estaba escondido herméticamente dentro de la caja de seguridad de un banco suizo, imposible de ser usado para estarse moviendo de un lado a otro en Europa estando guardado dentro del banco, y puesto que Raúl Salinas de Gortari no estaba en Europa cuando se descubrió su secreto -se detuvo a su esposa Paulina Castañón, no a él- es imposible que Raúl Salinas hubiera podido ingresar a Europa sin contar con un segundo pasaporte al alcance de su mano todo el tiempo. Se concluye entonces que Raúl Salinas de Gortari poseía por lo menos dos pasaportes, tal vez uno genuino con su propio nombre que llevaba consigo todo el tiempo sobre todo al regresar a México en donde su rostro conocido debido a su parentesco con el Presidente de México le impedía el poder evitar ser identificado de inmediato, y otro apócrifo escondido todo el tiempo en la caja fuerte de un banco suizo. Pero de que era poseedor de dos pasaportes distintos no hay duda alguna, al igual que alguien que posea dos actas de nacimiento distintas para usar cada una de ellas según convenga a sus fines de lucro o de poder, aunque ello sea ilegal y constituya un delito.

Aún en caso de ofrecer disculpas el yanqui Javier Corral no podría ni debería esperar ninguna mitigación de las penas a las que se debería de haber hecho acreedor, porque la legislación mexicana no admite el pedir perdón a las víctimas como mitigante para ningún delito, y menos aún cuando la estafa y el fraude que se ha cometido no ha sido en contra de algún particular sino en contra de toda una nación, en contra de todo el pueblo de México.

Existe una posibilidad, y es la única que puede exonerar jurídica y legalmente a Javier Corral de lo que aquí se le acusa. Esta consiste en que Javier Corral, después de haber alcanzado la mayoría legal de los 18 años de edad y antes de que obtuviera su primera credencial de elector del Instituto Federal Electoral (hoy Instituto Nacional Electoral), hubiera renunciado voluntariamente a su ciudadanía norteamericana mediante el procedimiento de elaborar una carta oficio dirigida al Departamento de Estado norteamericano y entregada personalmente ya sea al Consulado norteamericano en Ciudad Juárez o a la Embajada norteamericana en la Ciudad de México, firmada de su puño y letra y en presencia de testigos, notariada ante algún Notario Público con licencia legal para tales efectos, confesando ser el poseedor de dos actas de nacimiento, una mexicana y otra norteamericana, y echándole la culpa a sus padres por esta situación de carácter ilegal (no hay de otra), y afirmando dar por falsa (obtenida de modo ilegal) su acta de nacimiento norteamericana, dando al mismo tiempo por válida su acta de nacimiento mexicana al testificar estar convencido de haber nacido en México y no en los Estados Unidos, después de haber consultado con familiares cercanos suyos sobre las circunstancias de su nacimiento. En efecto, con esta carta oficio Javier Corral habría estado renunciando a su ciudadanía norteamericana y adoptando como única, POR NACIMIENTO, su ciudadanía mexicana. Y en rigor de verdad, si su intención en su participación política en México tenía como propósito no solo votar sino incluso llegar a postularse para convertirse en diputado o senador o incluso gobernador, Javier Corral estaba más que obligado a dar un paso como éste. De este modo, Javier Corral no habría incurrido en delito alguno al presentar ante el Instituto Federal Electoral su acta de nacimiento mexicana dando por nula e inválida su acta de nacimiento norteamericana, de acuerdo a las leyes mexicanas en vigor en ese entonces.

El haber renunciado a la ciudadanía norteamericana no es algo que se compruebe simplemente con mostrar una carta oficio dirigida a un Consulado norteamericano o a la Embajada de los Estados Unidos en México en los términos que se han indicado arriba. Cualquiera en la situación de Javier Corral lo puede hacer, haciéndose poseedor de una copia certificada de la carta oficio "renunciando" a su ciudadanía, pero a ello se vuelve necesario darle un seguimiento de parte del gobierno norteamericano, ya que el que "renuncie" a su ciudadanía norteamericana de este modo siempre se puede "echar para atrás" a última hora elaborando otra carta oficio afirmando (falsamente) que ha recibido testimonios de amigos y familiares suyos que le hacen ver y saber que sí nació en los Estados Unidos y no en México. El procedimiento de renunciar a la ciudadanía norteamericana es de hecho un tramite complejo porque tal procedimiento no está sistematizado, y si no está sistematizado es porque casi nadie (incluido el yanqui Javier Corral) renuncia a su ciudadanía norteamericana. Como parte del procedimiento, y como mínimo, se requiere recibir de las autoridades consulares norteamericanas una confirmación escrita de que se ha recibido una petición formal de renuncia a la nacionalidad norteamericana, que llamaremos aquí oficio de apertura de trámite. Obviamente, se vuelve necesario tener una cita con un funcionario consular norteamericano en la cual el funcionario consular comprobará que el solicitante es en efecto es el que ha hecho la solicitud y no un impostor que pretende ser él, y que el solicitante no está siendo ni presionado por nadie para renunciar a su ciudadanía norteamericana. Durante el proceso de renuncia a la ciudadanía norteamericana, el solicitante debe completar varios documentos y debe demostrar en la entrevista consular que su renuncia es voluntaria e intencional. Dependiendo de la embajada o consulado, el individuo frecuentemente será requerido aparecer en persona dos veces y llevar a cabo dos entrevistas separados con oficiales consulares a lo largo de varios meses. Esto lo que estipula claramente y con plena validez legal el párrafo Cinco de la Sección 349(a) del Acta de Inmigración y Nacionalidad y puesto en el U.S. Civil Code 8 1481(a)(5), dejándose en claro que los ciudadanos norteamericanos no pueden renunciar a su ciudadanía norteamericana a través del correo, a través de un representante legal, de "oídas" (a través del teléfono o usando correos electrónicos) o mediante entrevistas en programas de televisión y radio.

Para quien tenga dudas de que hay un procedimiento consular específico de renuncia a la ciudadanía norteamericana, he aquí la prueba del documento final que se produce como resultado de un proceso tal:




Hasta la fecha, Javier Corral jamás ha presentado ante ningún medio de comunicación un documento consular final como el arriba mostrado en el cual se le notifica al solicitante, de manera oficial y legal, que ha perdido su nacionalidad norteamericana. Si lo hubiera tenido en junio de 2004, lo habría mandado publicar en el periódico El Diario para dejar en ridículo tanto al periódico como a su dueño Osvaldo Rodríguez Borunda, en vez de haber estado negando casi al borde de la desesperación el haber nacido en El Paso, Texas.

YO, Víctor Olague, estoy absolutamente seguro y convencido de que Javier Corral, yanqui de corazón por ser Estados Unidos el país al cual realmente ama y quiere, jamás renunció a su ciudadanía norteamericana por el procedimiento que se acaba de indicar. De haberlo hecho realmente, habría presentado en junio de 2004 ante todos los medios de comunicación una copia de esa notificación consular dirigida por el Departamento de Estado norteamericano a Javier Corral para así desmentir las publicaciones (que en ese entonces negaba) que lo desenmascararon como un yanqui, entre ellas las publicaciones del periódico El Diario. Javier Corral nunca presentó ni ha presentado jamás ante nadie ninguna copia de tal notificación consular de pérdida de nacionalidad por el simple hecho de que ese documento no existe, y no existe porque el yanqui Javier Corral nunca quiso perder su nacionalidad norteamericana.

Precisamente por su situación endeble como yanqui pretendiendo ser mexicano por la vía de la "herencia", Javier Corral se ha sostenido en su mentira argumentando (y esto aparece en su página biográfica en Wikipedia en Español) que "renunció" a su ciudadanía norteamericana en 1990 tras la Invasión estadounidense de Panamá de 1989 (se cita como fuente de referencia en Wikipedia una entrevista llevada a cabo en el programa de noticieros Noti5 del Canal 5 de televisión XEJ en Ciudad Juárez el 9 de marzo de 2016). Aquí lo que hay que destacar (siendo importante subrayar) es que Javier Corral no ha presentado jamás ante nadie, y ciertamente nunca lo ha hecho ante ningún conductor de ningún programa de television incluido el Canal 5 de televisión de Ciudad Juárez, ninguna respuesta consular final dirigida del Departamento de Estado norteamericano a Javier Corral en los términos que se indican arriba confirmándole la pérdida de su nacionalidad norteamericana. Cuando Javier Corral afirma que renunció a su nacionalidad norteamericana, en realidad es una tomada de pelo. ¿Pero por qué escogió como pretexto para su nueva mentira la invasión estadounidense de Panamá llevada a cabo en 1989? Porque, si repasamos arriba las dos fechas con que fue comenzado este trabajo (Primero de Septiembre de 1997 y 23 de Enero de 1998) resulta clarísimo que la cuestión de su nacionalidad norteamericana ya le estaba empezando a causar problemas entre algunos en el Congreso de la Unión que estaban enterados de su ilegitimidad. "Renunciando" tras la invasión a Panamá pero sin hacer el trámite descrito, Javier Corral logró "afianzar" su endeble posición ante quienes le creyeron el cuento, pero reteniendo su ciudadanía norteamericana. En verdad, si realmente hubiera renunciado a su ciudadanía norteamericana cuando dice que lo hizo, habría sido noticia de primer orden no solo en los medios nacionales sino en los medios internacionales por tratarse de algo completamente inusitado. Por otro lado, ¿de dónde le salió de repente tanto "amor" por Panamá para dar un paso tan importante, un país en el que ni tiene familiares ni tiene nexos o ligas con algún familiar cercano? Lo increíble es que haya quienes se hayan tragado el cuento. Nadie renuncia a ninguna nacionalidad simple y sencillamente diciéndole a sus amigos y conocidos "ya no quiero ser chino"; hay un procedimiento legal para ello que varía de país a país pero que generalmente sigue lineamientos como los que se han dado arriba.

De cualquier modo yo, Víctor Olague, me comprometo personalmente a pagar de mi propio bolsillo la publicación de la notificación consular de pérdida de nacionalidad que Javier Corral debe de tener entre sus posesiones personales como uno de sus documentos más valiosos, si es que existe, a plana completa, en seis periódicos de su predilección, los que sea. Pero como el yanqui Javier Corral nació en los Estados Unidos y jamás quiso renunciar a su ciudadanía norteamericana aún en los tiempos en los que era obligación hacerlo si se aspiraba a ocupar un puesto de legislador en el Congreso federal, no creo que perderé un solo centavo por el simple hecho de que no existe ninguna notificación consular de pérdida de nacionalidad de Javier Corral que se pueda publicar al respecto.

Una de las primeras consecuencias que puede anticipar alguien que pierde su nacionalidad norteamericana es que su número de seguro social sea dado de baja del padrón, perdiendo derechos y privilegios como asistencias médicas Medicare y Medicaid, cupones de comida, ayuda de asistencia social "welfare", el derecho de poder votar en Estados Unidos, el derecho de poder contender para puestos de elección popular en Estados Unidos, el derecho de poseer una licencia de manejar en cualquier estado de la Unión Americana, el derecho de poder buscar y obtener empleo en cualquier estado de la Unión Americana sin tener que efectuar ningún trámite migratorio así como el derecho de poder poseer un pasaporte norteamericano, derechos que no poseen ninguno de los mexicanos nacidos en México.

La gran mentira que el yanqui Javier Corral ha ido construyendo a lo largo de su vida en torno a su persona está tan llena de incongruencias y contradicciones que un buen policía investigador sometiéndolo a un interrogatorio inteligente lo podría hacer caer fácilmente en contradicciones en cuestión de unos cuantos minutos. Se vuelve necesario dar un ejemplo de ello.

Javier Corral hoy afirma que su "renuncia" a su ciudadanía norteamericana (un cuento chino) se dio como resultado de su "protesta" en respuesta a la invasión estadounidense de Panamá de 1989. Pero si repasamos la fecha en la cual Javier Corral negó iracundo haber nacido en los Estados Unidos (junio del 2004) acusando al periódico El Diario de elaborar publicaciones mentirosas, a grado tal que el dueño del periódico Don Osvaldo Rodríguez Borunda se vio obligado personalmente a desmentirlo en dicha fecha como podemos apreciarlo repasando arriba la respuesta de Don Osvaldo Rodríguez Borunda a Javier Corral resaltada en letras rojas, la mentira y la contradicción afloran casi de inmediato. Lo que hemos visto hasta aquí, tomado en su totalidad, nos permite formular otra vez con una nueva perspectiva la interrogante que ya nos habíamos planteado arriba: si Javier Corral renunció a su ciudadanía norteamericana (según él) a consecuencia de la invasión norteamericana a Panamá en 1990 (de lo cual en ese entonces pese a ser tan exhibicionista y mediático no enteró ni a los medios ni a nadie), ¿entonces por qué cuatro años después negaba furiosamente haber nacido en El Paso, Texas, sin importarle que al hacer tal cosa estaba acusando también al periódico El Paso Times de ser un pasquín mentiroso? La respuesta a estas alturas es completamente evidente. Y establece la ilegitimidad con la cual entró en funciones como legislador en el Congreso de la Unión a sabiendas de que estaba cometiendo un acto completamente ilegal.

Asentado lo anterior, podemos añadir a continuación una prueba adicional indirecta basada en el propio servidor Web de Javier Corral (hoy www.javiercorral.org), en el que ha estado manteniendo sus páginas Web oficiales tanto de Diputado como Senador, para sustentar la acusación principal en su contra.

Si Javier Corral hubiera tenido en sus manos un oficio consular norteamericano como el que se acaba de reproducir arriba, la notificación consular de pérdida de nacionalidad confirmándole a Javier Corral la pérdida a petición suya de su nacionalidad norteamericana, puede suponerse que Javier Corral para tratar de dar legitimidad a su desempeño que hoy sabemos completamente ilegal como legislador mexicano, ya sea como Diputado o como Senador, habría publicado alguna vez o habría estado publicando desde hace varios años en su página oficial en Internet (hoy www,javiercorral.org) la fotocopia en archivo fotográfico de alta resolución de dicho oficio consular norteamericano, lo cual no le habría costado ni un solo centavo ya que los costos del mantenimiento de sus páginas Web oficiales como Diputado y Senador nunca han salido de su propio bolsillo y ha sido siempre el pueblo de México (incluido el lector mexicano que esté leyendo esto) quien ha tenido que pagarle hasta el último centavo el sostenimiento de tales privilegios. Pero Javier Corral nunca ha publicado tal documento consular norteamericano en ninguna de sus páginas Web oficiales como Diputado o Senador. ¿Por qué? Pues puede presumirse que nunca lo ha reproducido en ninguna de sus páginas Web oficiales simple y sencillamente porque dicho documento no existe, jamás existió excepto en su mentirosa y fértil imaginación. Pero aún si existiera, la fecha de expedición de tal documento le pondría de inmediato la horca en el cuello, porque siendo tal fecha posterior a la fecha del primero de septiembre de 1997 en la cual tomó posesión por primera vez de un cargo como legislador en el Congreso de la Unión, él mismo estaría proporcionando una de las pruebas principales de que seguía siendo un yanqui al momento de convertirse en Diputado federal. Y es imposible que la fecha de tal documento consular norteamericano sea anterior a la fecha del 20 de diciembre de 1989 (fecha en la cual empezó la invasión estadounidense de Panamá) porque el mismo Javier Corral ha afirmado que renunció a su nacionalidad norteamericana a causa de la invasión estadounidense de Panamá de 1989. Y como acabamos de ver, cuatro años después Javier Corral negaba furiosamente en junio de 2004 haber nacido en El Paso, Texas. El lector debería de echarle un vistazo a la página Web de Javier Corral para comprobar por sí mismo que no aparece en ningún lado copia alguna de la notificación consular norteamericana confirmándole la pérdida de su nacionalidad norteamericana.

El yanqui Javier Corral no solo es un mentiroso patológico que ha mentido sobre sus orígenes, sobre sus complicidades con el presunto extorsionador de narcos y ex Gobernador Francisco Barrio Terrazas, sobre las enormes carretadas de dinero que ha hecho a costillas de los mexicanos la mayor parte del cual es muy posible que tenga depositado en paraísos fiscales fuera de México y fuera del alcance y fiscalización de la Secretaría de Hacienda usando su identidad (y su número de seguro social) norteamericano. También es cínico y carece por complete de vergüenza alguna. Un ejemplo lo tenemos arriba. Después de haber despotricado en contra del periódico El Diario y su dueño Osvaldo Rodríguez Borunda acusándolos de mentirosos (el burro hablando de orejas), ello no fue obstáculo alguno para que se acercara a dicho medio impreso y los convenciera hábilmente de darle un espacio privilegiado como editorialista que irónicamente en mucho le ayudó a ganar las elecciones del 2016 en Chihuahua. Y sería muy capaz, ya como Gobernador, de buscar la manera de cerrar dicho periódico o tomar alguna represalia por el trato que se le dio en dicho periódico en 2004, porque su ingratitud y su desvergüenza van de la mano con la ilegitimidad de su doble vida.

Obra la circunstancia de que cuando entró en funciones el 1 de septiembre de 1997 la LVII Legislatura del Congreso de la Unión, muchos de los Diputados honestamente ignoraban que un yanqui en violación a la soberanía del país estaba ocupando un cargo que legalmente estaba impedido de ocupar. Sin embargo, muchos panistas, incluidos Francisco Barrio Terrazas y Ramón Galindo, lo sabían, y aún así estuvieron tapando a Javier Corral convirtiéndose en cómplices del delito

Ahora bien, el pasaporte mexicano, en cualquier época, en su primera (o segunda página) tiene marcados claramente los datos del portador (nombre, edad, domicilio, etcétera), y entre dichos datos para el caso que nos concierne tiene también marcado el lugar de nacimiento. Antes de la aprobación en México de la Ley de Nacionalidad y su publicación en el Diario Oficial de la Federación, no se le daba ningún pasaporte mexicano a ningún extranjero a menos que se tratase de un extranjero ya inmigrado y nacionalizado en México (cabe agregar que inclusive hoy en día, cuanto más a finales de los ochentas, el proceso de naturalización mexicana para adquirir la nacionalidad mexicana siempre ha sido un procedimiento burocrático tan engorroso que la escasa cantidad de solicitantes a quienes les es concedida la nacionalidad mexicana suelen aparecer en las noticias, y el nombre de Javier Corral no aparece jamás en ninguna de las listas oficiales de naturalizados mexicanos desde 1950 hasta la fecha), y para hacer valer este requerimiento obligatorio se les exigía a todos los solicitantes del pasaporte mexicano (y de hecho se les sigue pidiendo) proporcionar una copia de su acta de nacimiento. Obviamente, y por este motivo, exceptuando el caso de los extranjeros inmigrados a México que se hubiesen naturalizado adoptando la nacionalidad Mexicana, ningún pasaporte mexicano expedido antes de la entrada en vigor de la Ley de Nacionalidad tenía como lugar de nacimiento una ciudad ubicada en un país extranjero (como El Paso, Texas). Hoy, gracias a la Ley de Nacionalidad, el yanqui Javier Corral y otros como él pueden tener pasaportes mexicanos que indiquen un lugar de nacimiento en el extranjero, pero antes del 23 de enero de 1998 (fecha en la que entra en vigor la Ley de Nacionalidad) esto simple y sencillamente era imposible.

Entonces, si le era imposible al yanqui Javier Corral obtener legalmente un pasaporte mexicano, ¿cómo podía hacerle para obtener su pasaporte mexicano (independientemente de contar con un pasaporte norteamericano, a lo cual como yanqui tiene pleno derecho)? Pues sacando de entre sus archivos personales su acta de nacimiento apócrifa según la cual se afirmaba falsamente que había nacido en un lugar como Ciudad Juárez en el estado de Chihuahua. Y en tal caso, para "demostrar" en México ante las instancias oficiales (el Instituto Federal Electoral, la Secretaría de Gobernación) que no tenía impedimento legal alguno para ocupar un cargo en el Congreso de la Unión, lo único que tenía que hacer era proporcionar, mintiendo, su acta de nacimiento mexicana apócrifa. De hecho, al ir creciendo desde que estaba chico e ir pasando por los sistemas escolares en México, se puede dar por hecho que en los numerosos trámites que tuvo que ir hacienda para poder vivir y estudiar en México (inscripción en la escuela primaria, inscripción en la escuela secundaria, inscripción en la escuela preparatoria, licencia de manejar, credencial de elector expedida por el Instituto Federal Electoral, etcétera), estuvo dejando un amplio rastro de copias de su acta de nacimiento apócrifa. Y a estas alturas, si Javier Corral hizo su servicio militar en México, un servicio militar obligatorio para todos los mexicanos nacidos en México y en mayoría de edad para cumplir con esa obligación, ¿cuál es el lugar de nacimiento que aparece en su cartilla de servicio militar? ¿El Paso, Texas, USA? No se antoja posible que en el Ejército mexicano hubieran aceptado a un yanqui para cumplir en México un servicio militar obligatorios para todos los que cuentan con su acta de nacimiento que los acredita como mexicanos; el Ejército mexicano simple y sencillamente no se presta a este tipo de fraudes para beneficiar a un yanqui que siga siendo yanqui sin haber renunciado a su nacionalidad. ¿Estaría dispuesto Javier Corral a mostrar a los medios de comunicación todas las páginas de su cartilla de servicio militar, especialmente la página en donde aparece en dicha cartilla militar su lugar de nacimiento? Porque si en su cartilla dice algo como "Ciudad Juárez, Chihuahua", entonces se puede dar por confirmado que también allí mintió, amparándose en su apócrifa acta de nacimiento obtenida en un Registro Civil de México mediante una mentira de sus padres para permitirles poder llevar ilegalmente una doble vida.

¿Y qué si ambos padres de Javier Corral Jurado hubieran estado en la misma situación de su hijo, nacidos ambos en los Estados Unidos pero poseedores de actas de nacimiento mexicanas apócrifas? Después de todo, muchos padres que incurren en actos ilegales tienden a pasarle los mismos vicios y las mismas mañas a sus hijos al igual que los hijos de los narcotraficantes casi nunca se dedican a alguna actividad honesta porque heredan la misma forma de vida que la de sus padres y no conocen otra forma de vida. En tal caso, Javier Corral no podría reclamar en su beneficio ni hoy ni nunca la Ley de Nacionalidad que a partir del 23 de enero de 1998 permite que los hijos de padres mexicanos puedan aplicar ante un Consulado mexicano para adquirir la nacionalidad mexicana además de la nacionalidad norteamericana, precisamente porque para poder reclamar tal privilegio se tiene que ser descendiente de mexicanos nacidos en México y no norteamericanos que han simulado falsamente haber nacido en México. Y en una situación así, Javier Corral tendría que haber inmigrado primero a México en su calidad de extranjero y adoptar posteriormente la ciudadanía mexicana después de un largo proceso de naturalización que todavía sigue siendo un requisito obligatorio hasta el día de hoy para quienes se encuentran en tales condiciones.

De este modo, para poder competir en la política en México para un cargo como legislador en el Congreso de la Unión, en el peor de los casos (para Javier Corral) no bastaría que hubiera renunciado voluntariamente a su ciudadanía norteamericana antes del primero de septiembre de 1997 (cuando ingresó como legislador al Congreso federal). Empleando los más estrictos términos jurídicos y legales, se requería que Javier Corral hubiera finiquitado dos trámites independientes si quería ser Diputado federal el primero de septiembre de 1997:
(1) Su renuncia voluntaria a su ciudadanía norteamericana.

(2) Su adopción de la nacionalidad mexicana después de haber ingresado a México como inmigrado, obteniendo lo que se conoce como carta de naturalización después de haber pasado previamente por la ceremonia de adopción de su ciudadanía (con la toma de juramento) en caso de haberse hecho mexicano antes del 23 de enero de 1998 que fue cuando entró en vigor la Ley de Nacionalidad.
Ambos trámites son tardados, y más aún el segundo como puede dar fe de ello cualquier inmigrado a México (en Estados Unidos, después de haber sido recibida del gobierno norteamericano la autorización para poder residir legalmente en dicho país con la obtención de la tarjeta verde o green card, hay que esperar por lo menos tres años para poder asistir a la ceremonia en donde se toma el juramento a la bandera norteamericana que convierte a los residentes legales en ciudadanos, eso suponiendo que el aspirante haya aprobado su examen de ciudadanía). Es obvio que, para poder cumplir con ambos requisitos, Javier Corral debió de haber iniciado ambos trámites mucho antes del primero de septiembre de 1997 (allá por 1986 si quería ser Diputado estatal en el Congreso de Chihuahua en 1992). ¿Pero para qué perder tanto tiempo con tanto requisito cuando se cuenta ya con una acta de nacimiento mexicana apócrifa con la cual se le puede tomar el pelo a todas las instituciones electorales en México e inclusive a todo el pueblo de México? La realidad es que Javier Corral no puede probar ni su renuncia a su nacionalidad norteamericana ni su adopción de la nacionalidad mexicana por el proceso de inmigración y naturalización en México antes del 23 de enero de 1998. Sin embargo, y concediéndole al yanqui Javier Corral un beneficio de la duda que no merece, YO Víctor Olague he reservado aquí el siguiente espacio para reproducir ambos documentos en archivos fotográficos de alta resolución si es que existen con la única condición de que antes Javier Corral los haga disponibles a la vista del mundo entero en su propia página Web en Internet (algo que nunca ha hecho):




                   ESPACIO RESERVADO


     Para oficio consular norteamericano confirmando la pérdida    
     de la nacionalidad norteamericana de Javier Corral


     Para carta de naturalización, constancia oficial de adopción
     de la nacionalidad mexicana de Javier Corral




Se le recuerda al yanqui Javier Corral antes de "postear" estos documentos suyos (si es que los puede producir) que antes de hacerlo recuerde bien que la falsificación de documentación oficial es un delito de lo cual pueden dar fe la Diputada estatal desaforada Lucero Sánchez y el hermano incómodo del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari, aunque tal vez a estas alturas sea lo que menos le preocupa a Javier Corral.

Javier Corral siempre ha sabido que su uso y abuso de dos actas de nacimiento, una de ellas apócrifa, es su talón de Aquiles. Si recién aprobada la Ley de Nacionalidad se puso como meta "salir de las sombras", era indispensable tratar de alterar y borrar la mayor cantidad posible de sitios en los cuales había constancia legal de que había utilizado un acta de nacimiento Mexicana apócrifa. Para afirmar tiempo después haber nacido en Estados Unidos sin que su uso y abuso de su acta de nacimiento Mexicana se le revirtiera, era necesario borrar y alterar registros oficiales, sobre todo en el Registro Civil. Si repasamos las fechas, podemos ver que el año 1998 resulta extremadamente crítico para Javier Corral, no solo porque en enero de 1998 es aprobada la Ley de Nacionalidad que le permitirá "salir de las sombras", sino por el hecho de que también en 1998, el 3 de octubre de 1998 para ser exactos, su "padrino protector" y compinche Francisco Barrio deja de ser Gobernador de Chihuahua, y no solo deja de ser Gobernador de Chihuahua, sino que se ve obligado entregarle la gubernatura no a un sucesor suyo emanado del Partido Acción Nacional, sino a un sucesor suyo emanado del PRI. Si bien Francisco Barrio habría estado completamente dispuesto, usando su vasto poder como Gobernador de Chihuahua, para ordenar una alteración de actas de nacimiento con la finalidad de borrar el nombre de Javier Corral Jurado de los registros civiles en Chihuahua, había que hacerlo antes de entregarle el poder al priista Patricio Martínez García. Y hay razones para sospechar que mucho de esto se llevó a cabo para eliminar de los registros civiles en Chihuahua la prueba de que Javier Corral había sido registrado en México por sus padres como nacido en México. Como dato de sumo interés se menciona aquí que durante el proceso electoral en Chihuahua en este 2016, al término del debate realizado a los candidatos a Gobernador de Chihuahua, Javier Corral dijo que el 22 de febrero del 2006 Manuel Duarte, hermano del Gobernador César Duarte, fue procesado en una Corte de El Paso, Texas, por posesión de casi media tonelada de mariguana (esto parece una copia de lo que sucedió en la vida real con uno de los hermanos yanquis de Javier Corral castigado en una prisión norteamericana por contrabando de mariguana). Pero Javier Corral fue mucho más lejos cuando dijo que "para eliminar la evidencia que vincula al hermano del gobernador con el crimen organizado, las actas de nacimiento y los registros de Manuel Duarte Jáquez fueron borrados del Registro Civil del estado de Chihuahua y los volúmenes fueron alterados. Sabemos el número de volumen y de dónde sacaron las actas".

¿Y de dónde sacó Javier Corral sus conocimientos, experiencia, y sabiduría en la forma en la cual se pueden alterar las actas del Registro Civil? ¿Acaso los sacó de su experiencia previa propia con ayuda que le haya sido proporcionada por el entonces Gobernador Francisco Barrio?

De cualquier manera, aunque se hayan alterado muchas actas y se hayan borrado muchas evidencias, a lo largo de su vida Javier Corral ha ido dejando muchas actas de nacimiento en México apócrifas en una gran variedad de sitios de los cuales ni él mismo se acuerda, y un buen equipo de investigadores no requiere de muchos meses para sacar tal documento a la luz o la presunción de que tal documento tuvo que haber existido para poder permitirle llevar a cabo al yanqui Javier Corral su doble vida en México disfrazado como un (falso) mexicano. Aunque también Javier Corral debe de estar aterrado de que algún ciudadano, un ciudadano como Víctor Olague, haya tenido el cuidado y precaución de procurar una copia del acta de nacimiento Mexicana apócrifa de Javier Corral, y que en el momento menos esperado saque a la publicación posiblemente aquí mismo en Internet las dos actas de nacimiento de Javier Corral, tanto la estadounidense como la mexicanas. ¿Y entonces qué piensa hacer?

Para poder trasladarse de Ciudad Juárez al interior de la República había (o mejor dicho, sigue habiendo) solo dos maneras de hacerlo: por camión o por avión. Por camión, y todavía hasta el 2013 cuando fue cerrada la Garita de Samalayuca ubicada en el kilómetro 72 de la carretera federal Ciudad Juárez-Chihuahua, en el municipio de Villa de Ahumada, Estado de Chihuahua, a diferencia de los habitantes mexicanos residentes en otras ciudades del interior de la República Mexicana como Guadalajara y Guanajuato que se pueden movilizar de una ciudad a otra del interior sin tener que llevar consigo identificación alguna, era necesario presentar en la garita del punto de revisión carretero en Samalayuca una identificación capaz de acreditar al viajero como un ciudadano mexicano, y para tal propósito siempre se tenía una vigilancia permanente las 24 horas del día en dicho punto de revisión conformada tanto por personal de la Aduana de México como por personal de la Oficina de Población en Ciudad Juárez (hoy Instituto Nacional de Migración). El caso es que, simple y sencillamente, y todavía hasta hace apenas tres años, a menos de que se recurriera a generosos sobornos para los agentes migratorios al pretender introducirse al interior de la República, era imposible para cualquier extranjero (norteamericano, ruso, japonés, etcétera) entrar al interior de México sin comprobar ser mexicano, en el caso de los extranjeros mostrando un pasaporte válido (por ejemplo, el pasaporte norteamericano) acompañado del permiso temporal que tiene que tramitarse (este trámite sigue vigente y no ha sido eliminado) efectuando un pago fijo en las oficinas del Instituto Nacional de Migración ubicado en la Avenida Lerdo y Avenida Malecón justo a un lado del puente internacional de ingreso a México desde los EE.UU. Por otro lado, el artículo 41 de la Ley General de Población que era todavía válida hasta el 2009 (dentro del marco de tiempo que nos interesa) establecía que los extranjeros podían internarse en el país de conformidad con las siguientes calidades migratorias: No Inmigrante e Inmigrante. Igualmente el artículo 53 de dicha Ley General de Población todavía válida hasta el 2009 establecía que aquellos extranjeros con residencia legal de 5 años dentro de la calidad de Inmigrante podían adquirir la calidad de Inmigrado (No Inmigrante se definía como el extranjero que con permiso de la Secretaría de Gobernación se interna en el país temporalmente dentro de cualquiera de las características migratorias que prevé la Ley General de Población, Inmigrante se definía como el extranjero que se interna en el país con el propósito de radicar en él, en tanto adquiera la calidad de Inmigrado, y Inmigrado se definía como el extranjero que adquiere derechos de residencia definitiva en el país). Al día de hoy a los extranjeros se les requiere tramitar la Forma Migratoria Múltiple para estancias cortas:




aunque hoy la Secretaría de Gobernación proporciona a los extranjeros nuevas credenciales con candados de seguridad similares a la visa láser que proporcionan los Consulados norteamericanos:




Es evidente que, aún hasta el día de hoy, no le resulta fácil a un extranjero (norteamericano) internarse por carretera al interior de México. En el caso de usar un avión para trasladarse al interior de la República Mexicana (el medio favorito de transporte de Javier Corral) abordándolo en el Aeropuerto Internacional Abraham González de Ciudad Juárez del cual se muestra la siguiente fotografía del recuerdo:




también se tiene que mostrar prueba de mexicanidad a los agentes migratorios mexicanos en el aeropuerto antes de recibir permiso para poder abordar el avión, y en el caso de los extranjeros también se tiene que presentar el pasaporte (norteamericano) junto con el permiso que se tiene que obtener en el Instituto Nacional de Migración so pena de ser negado el permiso de abordaje y perder el avión en caso de no mostrar el pasaporte junto con el permiso.

La pregunta clave es: ¿qué clase de documentación oficial mostraba Javier Corral a los agentes migratorios mexicanos cada vez que abordaba el avión hacia el interior de la República antes del 23 de enero de 1998 (fecha en la que entró en vigor la Ley de Nacionalidad) y sobre todo en junio de 2004 cuando negaba ante los medios y ante el mundo entero haber nacido en Estados Unidos? Ciertamente, ninguna identificación que mostrara la ciudad de El Paso como su lugar de nacimiento en Estados Unidos, porque en 2004 cuando negaba haber nacido en el extranjero los mismos agentes migratorios mexicanos en el aeropuerto que le revisaban sus documentos cuando se trasladaba al interior de México lo habrían parado de cabeza y lo habrían dejado en el peor de los ridículos por tratarse ni más ni menos que de un Senador (ilegítimo). Necesariamente tenía que haber sido una constancia oficial que apócrifamente asentara alguna ciudad de México como su lugar de nacimiento. Además de la presentación del acta de nacimiento en México, en el lapso de tiempo que nos interesa los mexicanos también podían acreditar su ciudadanía con la Forma 13 (conocida como FM13, hoy obsoleta, aunque la mayoría de los mexicanos residentes en la franja fronteriza usaban dicha forma FM13 la usaban para tramitar ante las autoridades norteamericanas su tarjeta de cruce local hacia los Estados Unidos, pero para la obtención legal de la Forma 13 también era necesario presentar acta de nacimiento en original y copia ante la Oficina de Población en Ciudad Juárez; de modo tal que si Javier Corral estuvo presentando una Forma 13 para su identificación como mexicano también tendría que haber sido un documento apócrifo aún siendo un documento oficial, porque es el hecho de obtener el documento oficial con documentación apócrifa lo que nulifica por completo la validez legal del documento convirtiéndolo también en otro documento apócrifo.

Ahora bien, ¿qué tipo de pasaporte utiliza Javier Corral para cruzar hoy en día a los Estados Unidos? ¿Un pasaporte norteamericano, o un pasaporte mexicano otorgado a un individuo que nació en los Estados Unidos pero que bajo el concepto de la doble nacionalidad ha reclamado para sí la nacionalidad Mexicana? ¿Estaría dispuesto a mostrarle a un medio de comunicación como el Canal 5 de televisión, como Univision, o como el periódico EL DIARIO el pasaporte que utiliza para cruzar diariamente a los Estados Unidos? Si está dispuesto a hacer tal cosa, hay otro asunto que los medios informativos pueden verificar: el tipo de visa puesta en dicho pasaporte en caso de ser un pasaporte mexicano. Un pasaporte mexicano en sí no concede ningún permiso o autorización para poder ingresar a los Estados Unidos, tal cosa lo hace el visado puesto en el pasaporte ya sea por el Consulado norteamericano o la Embajada norteamericana. Y aquí es donde se puede poner muy interesante el asunto, porque si no hay ninguna visa norteamericana puesta en el pasaporte (mexicano) que usa Javier Corral, entonces se puede concluir que usa también un pasaporte norteamericano que no anda mostrándole a nadie. Por otro lado, si el Departamento de Estado norteamericano "agarra" a alguien en la maroma de tratar de poseer un pasaporte norteamericano y al mismo tiempo poseer un pasaporte mexicano con un visado de ingreso como mexicano, un delito propio de un impostor, el asunto le puede costar una temporada en la cárcel cuando ingrese en territorio norteamericano y lo manden llamar para lo que se conoce como una muy temida "segunda inspección".

No le es posible al yanqui Javier Corral argumentar, en los más estrictos términos jurídicos, que el no haber sido removido de los cargos públicos que ilegalmente ha ocupado en el Congreso Federal constituye una exoneración implícita del delito que cometió (usar una acta de nacimiento falsa para reclamar el derecho como falso mexicano a ser diputado y/o senador), del mismo modo que un secuestrador o un asesino que no han sido capturados y consignados por las autoridades tampoco pueden argumentar en su defensa que el hecho de que las autoridades no hayan cumplido con su obligación los exonera de culpabilidad en delitos graves como el secuestro y el asesinato. En ningún país bajo un Estado de Derecho que realmente se digne de serlo la impunidad puede ser tomada jamás como una exculpante de ningún delito. Una grave ofensa legal lo sigue siendo aunque las autoridades no hagan nada por ineptitud, corrupción o complicidad en contra de alguien que es culpable.

El primer gran beneficio logrado por el yanqui Javier Corral hasta el día de hoy ha sido una fortuna estimada entre 23 millones de pesos y 25 millones de pesos, cortesía del pueblo de México que le ha pagado hasta la risa, y es lógico suponer que una de las primeras cosas que empezó a hacer con todo ese dinero conforme le fue llegando a sus bolsillos fue invertirlo en bienes raíces, empezando con una vivienda (residencia) en Ciudad Juárez capaz de proporcionarle un domicilio permanente para ser usado en su documentación oficial en el renglón asignado a "Domicilio" o "Domicilio Permanente". Esta información catastral suele ser parte de los archivos de base de datos del Registro Público de la Propiedad. Aquí surgen varias interrogantes: En la primera propiedad en bienes raíces que adquirió el yanqui Javier Corral registrándola a nombre suyo en el Registro Público de la Propiedad, ¿cuándo (fecha) la adquirió? Por ley, ningún extranjero (norteamericano) puede adquirir terrenos o bienes raíces en la franja fronteriza en México con Estados Unidos (la razón de esto es la mala experiencia histórica de la manera en la cual México empezó a perder a Texas al permitirle el ingreso a los yanquis autorizándolos a comprar vastas extensiones de tierras). De acuerdo con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, solo los mexicanos nacidos en el país o naturalizados, o las sociedades acreditadas como mexicanas pueden ser dueños de una propiedad privada en el territorio nacional. Los extranjeros pueden adquirir bienes raíces en México siempre y cuando cumplan con ciertos requisitos. El principal requisito es un convenio en el que el extranjero renuncia a la posibilidad de invocar la protección de su gobierno con respecto a los bienes, los cuales deberán estar fuera de la llamada zona restringida que es la franja a 100 kilómetros de las fronteras terrestres y a 50 de las playas, en cuyo caso es requisito obligatorio que la adquisición sea por medio de un fideicomiso bancario (se puede decir que los extranjeros pueden comprar terrenos en playas mexicanas porque, con un fideicomiso, el banco mantiene el título de propiedad del terreno aunque el extranjero se queda con los derechos sobre la tierra por 50 años como máximo). La prohibición a que cualquier extranjero pueda adquirir bienes raíces en México en una zona restringida como Ciudad Juárez es absoluta, terminante, y esto no tiene nada que ver con el hecho de que el extranjero posteriormente adquiera la nacionalidad mexicana. Si hizo la adquisición a sabiendas de que estaba infringiendo la ley, entonces aunque ya se haya nacionalizado puede perder los títulos de propiedad a su nombre al haber violado flagrantemente las leyes mexicanas. Si el yanqui Javier Corral adquirió su primera propiedad en bienes raíces antes del 23 de enero de 1998, la única manera práctica aunque ilegal en su caso en la que podía registrarla a nombre suyo era recurriendo a la información consignada en su acta de nacimiento mexicana apócrifa, usando su mexicanidad apócrifa. No se requiere ser Sherlock Holmes para darse cuenta de que en los archivos del Registro Público de la Propiedad puede haber información capaz de comprometer o hundir aún más al yanqui Javier Corral, a menos de que los archivos oficiales hayan sido alterados o eliminados, y aún si esto ha ocurrido tales alteraciones o destrucción de información pueden ser detectados en virtud de que todas las transacciones de compra y venta de bienes raíces tienen que estar notarizadas y los Notarios Públicos por ley tienen que conservar un registro cronológico de todo aquello de lo cual dan fe pública como Notarios. De este modo, se puede suponer que el yanqui Javier Corral puede haber dejado tras de sí a lo largo de su vida un rastro de información que lo puede comprometer seriamente, y es prácticamente imposible que haya podido borrar o alterar todo aún con la ayuda de Francisco Barrio Terrazas en los seis largos años en que fue gobernador de Chihuahua y en los cuales pudo haberle servido de tapadera desde 1992 hasta 1998.

Queda desde luego la posibilidad de que todas las primeras propiedades en bienes raíces en México del yanqui Javier Corral hayan sido puestas a nombre de su esposa (esto presupone que su esposa sí nació en México y por lo tanto puede poseer propiedades en cualquier parte de México incluso en la zona restringida, de lo contrario el delito no desaparecería sino que sería simplemente transferido de una persona a otra). Pero el poner todas las primeras propiedades en bienes raíces a nombre de la esposa (o de algún familiar cercano como un hermano o un hijo) con un acuerdo de separación de bienes en lugar de un acuerdo de bienes mancomunados es precisamente una de las maneras usadas por políticos corruptos para que bienes raíces adquiridos en forma ilícita no puedan ser rastreados y mucho menos confiscados, y en un caso así el hecho de haber puesto todo a nombre de la esposa mexicana puede usarse como otra prueba indirecta en contra suya sobre lo que ha estado haciendo para burlar la ley además de ser una admisión implícita de su pleno conocimiento de su situación irregular. Y de nada le serviría poseer todos sus primeros bienes raíces en la zona restringida en un convenio de bienes mancomunados con su esposa porque la prohibición a los extranjeros de poder poseer bienes raíces en la zona restringida les aplica por igual ya sea que lo posean en todo a nombre suyo o en parte por medio de un convenio matrimonial de bienes mancomunados.

Quizá el yanqui Javier Corral nunca se ha puesto a pensar que si bien el fuero constitucional al que nunca debió de haber tenido acceso y que ha disfrutado por demasiados años poniéndolo por encima de la ley, un fuero al que millones de mexicanos que sí nacieron en México no tienen derecho, impide que pueda ser citado a que comparezca ante las autoridades para ser investigado e interrogado, no impide en lo absoluto que pueda ser investigado en las cosas que se han señalado arriba para construír un caso judicial en contra suya, compactando dentro del expediente todos los documentos probatorios que se necesitan para poder incautarle todas sus propiedades adquiridas con los dineros obtenidos mediante el fraude gigantesco a la Nación que ha estado perpetrando desde principios de los años noventa, quitarle su fuero en el Senado, echarlo a la cárcel, y en su caso, deportarlo del país al igual que como se hace con los extranjeros pedófilos y narcotraficantes.

Una de las primeras acciones de cualquier funcionario que trata de encubrir un delito que haya cometido en el pasado consiste no solo en usar el poder que tiene en sus manos para tratar de borrar o destruir todas las evidencias que lo incriminan, sino también sobornar o eliminar a quienes lo estén acusando con pleno conocimiento de causa, además de montar un aparato encubierto usurpando recursos oficiales para ello con la finalidad de poder espiar a todos sus gobernador con la finalidad de detectar cualquier "traidor" y deshacerse de él lo más pronto posible. ¿Podrá Javier Corral como Gobernador de Chihuahua resistir la tentación de empezar a tomar algunos de los elementos élite de inteligencia de las corporaciones policiacas estatales entrenados en el combate a la delincuencia y el crimen organizado que tan buenos resultados le dieron a Chihuahua en los últimos cuatro años abatiendo los altos índices de criminalidad que motivaron el éxodo de millares de habitantes de Ciudad Juárez, para empezar a convertirlos en un temible aparato semi-oficial de espionaje interno dedicado a la vigilancia y la cacería de los detractores políticos del yanqui Gobernador? Alguien que siempre ha sido honesto y transparente toda su vida podría resistir tan terrible tentación, pero obviamente éste no es el caso. Recuerde todo aquél que le dio su voto a Javier Corral el pasado 5 de junio así como los que le negaron el voto que Javier Corral muy pronto tendrá en sus manos la capacidad para ordenar la interceptación de las conversaciones telefónicas de cualquier chihuahuense, así como para ordenar la interceptación de cualquier correo electrónico que intercambien entre sí los chihuahuenses, sobre todo aquellos a quienes teme y percibe como una amenaza para él así sea puramente imaginaria. Y peor aún, allí estará también la tentación de regresar a las prácticas del pasado autoritario con la capacidad y el poder para girar órdenes ilegales a polijudiciales corruptos así como sus "madrinas" para cometer actos fuera de la ley. Pero si el yanqui Javier Corral, ya como Gobernador de Chihuahua, sucumbe a estas tentaciones, será porque habrá olvidado una cosa importante. Se encuentra en el estado en donde tras la Toma de Ciudad Juárez en mayo de 1911 empezó el principio del fin de la dictadura de un sátrapa aferrado en seguir poseyendo como propiedad personal suya hasta su muerte la silla presidencial pisoteando los derechos y las libertades de los demás. Fue un puñado pequeño de hombres valientes como Pancho Villa y sus heroicos Dorados de Villa quienes exponiendo sus vidas y sin ambicionar riqueza alguna por su sacrificio hicieron caer las dictaduras de Porfirio Díaz y Victoriano Huerta poniendo a México en su largo camino hacia la democracia. Si esos héroes revolucionarios pudieron quitarle de encima a México a gente corrupta envilecida aún más por el poder, la historia puede volver a repetirse con la diferencia de que el gobernante en ciernes es hoy un yanqui al que México no le debe nada, absolutamente nada, lo cual facilitaría enormemente su caída en caso de que el pueblo de Chihuahua se vea en la necesidad de tener que expulsarlo del poder y exiliarlo a los Estados Unidos así como exilió a Porfirio Díaz a Francia.

Es momento de traer a nuestras mentes la memoria y el ejemplo del Presidente de México Gral. Lázaro Cárdenas del Río, el "Tata", un mexicano profundamente nacionalista de ideología de corte izquierdista, mejor conocido por ser el hombre que estando al frente de México expropió el 18 de marzo de 1938 la industria petrolera haciendo pasar el petróleo en suelo mexicano de manos de las empresas trasnacionales extranjeras a manos de México. Para obligar al gobierno a dar marcha atrás al programa socialista del Gral. Lázaro Cárdenas y entre otras cosas desnacionalizar la industria petrolera regresándosela a las trasnacionales extranjeras, la derecha mexicana fundó en septiembre de 1939 al Partido Acción Nacional. Lamentablemente, fue su propio hijo, Cuauhtemoc Cárdenas, político que se ha proclamado defensor a ultranza del legado de su padre y férreo opositor de la Reforma Energética, quien se trasladó personalmente hasta Chihuahua en plena campaña electoral de 2016, para suplicarle al pueblo chihuahuense votar por el candidato yanqui de la derecha mexicana, y este empujón político fue uno de los factores más importantes que ayudaron al yanqui Javier Corral a obtener un triunfo que seguramente de otra manera no habría obtenido. Se hace saber ahora que esta denuncia a la Nación y la mayoría de los hechos y datos aquí contenidos que desnudan y desenmascaran a Javier Corral como un yanqui de nacimiento que ha usurpado privilegios y posiciones que deberían haber sido aprovechadas mejor por mexicanos verdaderos y no por un yanqui, le fueron echas llegar personalmente a Cuauhtemoc Cárdenas a fines del año pasado (2015), aunque es posible que ahora lo quiera negar. ¡Y aún así se trasladó hasta Chihuahua para darle todo su apoyo al yanqui postulado por la derecha mexicana que empezó su carrera política cuando carecía de todo derecho y fundamentación legal para hacerlo! He aquí una foto del recuerdo para la posteridad (la sonrisa de Cuauhtemoc Cárdenas en esta fotografía, algo muy inusual en su rostro severo para quienes lo han visto en presentaciones suyas ante los medios, lo dice todo):




¿Con qué cara de cínico sumada a su gesto adusto y avinagrado se proclama entonces Cuauhtemoc Cárdenas como paladín y líder moral de la izquierda mexicana y defensor acérrimo del legado socialista de su padre así como firme oponente en contra de la privatización de PEMEX, cuando al mismo tiempo este receptor inmerecido de la Medalla Belisario Domínguez en 2011 se trasladó a Chihuahua para ayudar a entregar en bandeja de plata al estado más grande de la República Mexicana a un yanqui emparentado con un narcotraficante -también yanqui- hermano de Javier Corral y asesorado y protegido por una figura de la derecha mexicana acusado de solapar al Cártel de Juárez cuando creció en Chihuahua para convertirse en el cártel más poderoso del mundo entero gracias a la impunidad con la cual se le permitió actuar en Chihuahua? Todo esto no puede ser calificado menos que lo que es: una traición a la Patria. Es posible que si el Gral. Lázaro Cárdenas aún viviera habría considerado a su propio hijo Cuauhtemoc como tal, como un traidor a la Patria, le habría puesto una buena tunda, y lo habría echado de la casa paterna pidiéndole que mejor se largara de México para siempre para ir a servir de lacayo a los yanquis en la pizca de hortalizas. Lo que hizo Cuauhtemoc Cárdenas en el apoyo incondicional que le brindó a Javier Corral tiene un nombre: entreguismo. Por lo pronto, ¡qué bueno que no logró en 1988 convertirse en Presidente de México, ya que éste émulo moderno de Antonio López de Santa Anna -que no conforme con haber entregado a la Unión Americana más de la mitad del territorio nacional les vendió a los norteamericanos precio de ganga el territorio de La Mesilla- habría terminado siendo una de las mayores decepciones históricas en suelo mexicano! Lo confirmó plenamente en Chihuahua con su apoyo total al yanqui Javier Corral. No me importa que Cuauhtemoc Cárdenas niegue hoy que se le hicieron llegar desde el 2015 estos materiales que documentan el fraude y la ilegitimidad con la cual el yanqui Javier Corral empezó su carrera política en México cuando no tenía ningún derecho legal ni jurídico para hacer tal cosa, Yo me conformo con que, una vez puestas todas estas evidencias ante el pueblo de México, Cuauhtemoc Cárdenas le siga dando todo su apoyo al yanqui violador de nuestras leyes Javier Corral para que me dé la razón en la acusación que también a él le hago. Y que así le demuestre al pueblo de México su verdadero rostro: un ídolo con pies de barro que ha deshonrado el apellido que lleva. A gente como el yanqui Javier Corral y su incondicional adulador Cuauhtemoc Cárdenas les ha de haber dedicado Charles Wright Mills su libro clásico Escucha, yanqui (disponible traducido al Español). Todavía al viernes 17 de febrero de 2017, Cuauhtémoc Cárdenas estuvo presente en persona en una valla humana a lo largo de la franja fronteriza al lado del yanqui texano Javier Corral apoyándolo como gobernador de Chihuahua pese que a casi cinco meses de gobierno se habían puesto al descubierto una gran cantidad de irregularidades en la administración de Javier Corral sobre las cuales Cuauhtémoc Cárdenas permaneció más callado que una tumba.

Hay algo mucho mejor que presentar denuncias como ésta ante ministerios públicos y procuradurías que se sientan sobre los expedientes y no hacen nada a la espera de ir desgastando y cansando a los denunciantes para que desistan de seguir adelante con sus denuncias, y esto consiste en llevar la denuncia directamente ante el pueblo de México y dejar que el mismo pueblo, por la vía pacífica y a través de las urnas, propine los castigos que no pueden ser aplicados de otra manera por ninguno de los medios institucionales establecidos al corrupto sistema de partidos que está estrangulando al país como lo hemos visto en el caso del yanqui Javier Corral.

Nada de esto habría salido a la luz si el yanqui Javier Corral no se hubiera postulado para gobernador de Chihuahua convirtiéndose con ello en una grave amenaza para todos los chihuahuenses. Se confió demasiado, sobreestimó sus capacidades y el alcance de sus mañas, y él solito sin que nadie se lo pidiera puso su cabeza en la guillotina. Ha llegado la hora de que rinda cuentas de sus actos, y no solo a Chihuahua sino a todo México.

En unos promocionales radiados en la televisión al aire libre dentro de los tiempos oficiales para ello, la propaganda oficial del Senado de la República ha estado diciendo todavía hasta hace poco que nueve de cada diez delitos no se denuncian, y que ello genera impunidad porque lo que no se denuncia no se investiga, y lo que no se investiga no se sanciona. Bueno, esto es una denuncia. y es una denuncia bastante pública. ¿Qué piensan hacer los Senadores de los diversos partidos al respecto? ¿Darle cauce por tratarse de un yanqui que todavía es miembro del Senado con licencia en el período legislativo actual? ¿O hacerse tarugos diciendo "aquí no ha pasado nada"? ¿Van a investigar los hechos y datos presentados aquí para que se apliquen las sanciones a que haya lugar, van a poner en práctica lo que ellos mismos le están pidiendo a los ciudadanos, o se van a quedar cruzados de brazos generando más impunidad en México con el solo hecho de quedarse cruzados de brazos? Les recuerdo con el debido respeto a los Senadores de la actual Legislatura que el abstenerse deliberadamente de actuar sobre una serie de delitos de los cuales se tiene ya pleno conocimiento convierte a cualquiera que incurra en tal omisión en cómplice de otro delito: encubrimiento. Naturalmente, YO Víctor Olague no pienso perder mi tiempo yendo a testificar ante el Senado, porque en cualquier denuncia se investigan los hechos denunciados y no al denunciante, y quien debe ser investigado a fondo en base a los hechos denunciados es un yanqui que ingresó ilegalmente con una mentira al Congreso de la Unión, siempre protegido y puesto por encima de las leyes de la Nación disfrutando de un fuero que yo no gozo y que les es negado también a decenas de millones de mexicanos.

Y en lo que toca al PAN y a su dirigente nacional Ricardo Anaya, así como el PRD que en ocasiones le sirve de comparsa, han sido muy vocales sobre todo en tiempos recientes en sus demandas al gobierno federal de que intervenga en algunos gobiernos estatales locales todavía gobernados por el PRI así como la exigencia de que la Secretaría de Gobernación y la Procuraduría General de la República filtren candidatos. Pues bien, ¿qué piensan hacer con lo que se está denunciando aquí en el caso del yanqui Javier Corral y sus nexos como gobernador entrante con gente vinculada de varias maneras al crimen organizado? ¿Van a actuar con el mismo vigor y la misma energía demostrando neutralidad e imparcialidad en la aplicación de la justicia contra todos los violadores de las leyes en México sin importar afiliación política? ¿O van a aplicar el adagio "para los míos, justicia y gracia; para mis adversarios y enemigos, justicia a secas"? Esta es una oportunidad dorada para que demuestren con hechos tangibles y no con palabras huecas y discursos estériles que la partidocracia aún puede funcionar en vez de ser desechada de una vez por todas y para siempre como lo propone el intelectual Jorge Castañeda en su libro Solo así reemplazada por movimientos ciudadanos? Los partidos políticos de México tienen la palabra.

Lo que más puede dolerle al dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, y a su partido, es que esta denuncia puesta ante la Nación entera va a estar disponible cuando llegue la temporada que marcará las elecciones presidenciales de 2018 en México, y servirá como un recordatorio diario sobre la manera en la cual actúa el PAN y la honestidad de sus promesas de cambio y sobre corregir el rumbo. Lo que se haya hecho o no se haya hecho para atender y dar una respuesta apropiada a lo que se denuncia aquí será una medida de la verdadera disposición que hay dentro del PAN para combatir la impunidad y la corrupción como tanto lo han pregonado cada rato a los medios y a los cuatro vientos.

Y en cuanto a Francisco Barrio Terrazas, ¿todavía quiere ser presidente de México tras lo que se ha publicado aquí? Eso está por verse.

¿Por qué YO Victor Olague no publiqué todo esto en la Web antes de que se llevaran a cabo las elecciones del 5 de junio del 2016 en el estado de Chihuahua, cuando este material podría haber tenido un impacto directo descarrilando las ambiciones políticas en México del yanqui Javier Corral? Porque de haberse hecho tal cosa, se podría haber acusado a esta denuncia nacional y al denunciante de estar motivados políticamente, de tener una intención oculta de querer ayudar a alguien, en este caso al candidato del PRI a la gubernatura de Chihuahua Enrique Serrano Escobar.

Es muy probable que al leer esta denuncia el yanqui Javier Corral estalle en una más de sus típicas rabietas y responda rabioso diciendo que la denuncia nacional presentada por Víctor Olague "carece de pruebas" y que "todos los argumentos presentados caen por su propio peso y se repite lo mismo en cientos de párrafos en un formato preestablecido y que por lo tanto es jurídicamente inviable", ante lo cual se responde de antemano pidiéndole al lector que repase detenidamente los hechos y los datos presentados aquí los cuales hablan por sí mismos, corroborándolo con otros hechos y datos disponibles en hemerotecas, bibliotecas de Internet, y juzgue por sí mismo si esta denuncia es una simple fábula elaborada con puras mentiras y fantasías. En todo esto, si hay alguien acostumbrado a forjar a cada paso de su vida ficciones y fantasías, eso no soy yo Víctor Olague, sino el yanqui Javier Corral.

Los hechos que se han expuesto en esta denuncia pública pueden ser tomados por cualquier partido político o por cualquier miembro de cualquier partido político para interponer una acusación por escrito ante la Procuraduría General de la República (PGR) y ante el Instituto Nacional Electoral (INE) en contra del yanqui Javier Corral Jurado pidiendo que se le cite a comparecencia para ser interrogado, tomando en cuenta que Javier Corral afirmó ante los medios haber renunciado a su cargo de Senador para poder contender para el cargo de Gobernador de Chihuahua. Si realmente Javier Corral renunció a su cargo de Senador como dijo ante los medios haberlo hecho el martes 9 de febrero de 2016 entonces carece de fuero y no puede negarse a los citatorios que la PGR y el INE tengan a bien hacerle ni siquiera recurriendo a un amparo. Pero si se niega a comparecer ante la PGR o ante el INE arguyendo tener fuero como Senador por seguir siendo Senador, entonces no solo estaría sumando la corroboración de otra mentira suya a una cadena demasiado larga de mentiras, su negativa a cooperar para ser investigado en interrogado por la PGR y por el INE antes de convertirse en Gobernador (esto lo haría para seguir escudándose detrás del fuero, ya no el fuero de Senador sino el fuero de Gobernador) automáticamente estaría probando de facto el caso en contra suya, porque tratándose de cualquiera que le jura al pueblo que no tiene absolutamente nada que esconder y que pese a ello se rehúsa a ser investigado por la policía intentando obstaculizar las indagatorias alegando tecnicismos jurídicos del tipo chicanas y escondiéndose detrás de excusas y pretextos como la inmunidad del fuero se puede dar por hecho que sí tiene algo que esconder, y mucho, proporcionando con sus negativas una admisión implícita de culpabilidad. Dada la trascendencia histórica y la importancia del caso, es posible que a la PGR no le llevaría más de una semana interrogar a Javier Corral y recabar evidencias relevantes. El mismo PAN que hace poco le ha pedido a la federación intervenir en los asuntos políticos internos de los estados de Veracruz y Nayarit jamás interpondría ante la PGR una denuncia de este calibre en contra de una de sus figuras más importantes, pero lo puede hacer cualquiera de los demás partidos (Movimiento Ciudadano, PT, Morena, Encuentro Social, etc.) que quiera llevarse el crédito y el mérito histórico de haber destapado la cloaca, eso ya dependerá de ellos porque ciertamente YO Víctor Olague no les pienso hacer su trabajo, sobre todo a partidos como el partido Humanista que son los más interesados en justificar su existencia y darle a sus seguidores una razón para seguir votando por ellos manteniéndolos vivos.

Si el yanqui Javier Corral alberga ilusiones de que esta denuncia pública será retirada cualquier día de éstos, Víctor Olague le tiene muy malas noticias. Esta denuncia es de carácter permanente y permanecerá disponible aquí todo el tiempo en este mismo espacio las veinticuatro horas del día de cada uno de los trescientos sesenta y cinco días de su ilegítima administración, como un recordatorio diario de la terrible basura y podredumbre que se está enquistando en las altas esferas del poder político de un estado como Chihuahua en el que paradójicamente se marcó el principio del fin de la larga dictadura porfirista.

Por ultimo, y para concluir, YO Víctor Olague hago directamente responsables y culpables tanto a Javier Corral como a su padrino protector y solapador Francisco Barrio Terrazas de cualquier cosa que pueda suceder a mi integridad física, y conociéndolos de sobra acuso a ambos de antemano de cualquier daño que se pueda ocasionar a mi integridad física y a mi propia vida. De cualquier modo, antes de que al yanqui Javier Corral y a su tutor maquiavélico Francisco Barrio Terrazas se les ocurra llevar a cabo un atentado en contra de Víctor Olague de lo cual los creo muy capaces habiéndolos estudiado bien a lo largo de sus vidas, les recuerdo que no solo todas las sospechas recaerán de inmediato sobre ambos en caso de que algo me suceda; en términos prácticos no ganarán absolutamente nada porque cuando estén leyendo esto seguramente ya habrá sido leído también por mucha gente conectada a la Web, y la voz tanto lo que aquí se publica como lo que me suceda estará corriendo como reguero de pólvora. La venganza por el puro placer que produzca podrá ser dulce para algunos, pero en este caso será inútil y tal vez hasta contraproducente porque llamará inmediatamente la atención de organizaciones internacionales derecho humanistas como Human Rights Watch y Amnistía Internacional y otras más, y del mundo entero pedirán una investigación a fondo y un castigo para los responsables de lo que me haya sucedido a los cuales les será cada vez más difícil mandar y dar las órdenes desde la cúspide del poder en un estado en donde cada vez más ciudadanos decepcionados irán abriendo los ojos y pedirán que rueden las cabezas de los responsables.

ANEXO POSTERIOR A LA PUBLICACION DE ESTE TRABAJO


Hace unos cuantos días recibí en mi correo electrónico una propuesta de varios millones de pesos a cambio de que borre los materiales que he subido a la net, sobre todo éste, y que me retracte públicamente de todo lo que he dicho. Solo hay dos posibilidades. La primera es que se trata de una trampa para agarrarme desprevenido recibiendo el dinero del soborno y acusarme de extorsión y chantaje, y la segunda es que se trata de una propuesta genuina hecha por gente muy preocupada por lo que mi denuncia a la nación pueda ocasionar.
Quienquiera que me haya hecho esta oferta tentadora, o me toma por un estúpido, o me toma por un corrupto. Estúpido no soy, y lo voy a demostrar diciéndole no a la trampa. Pero tampoco soy un corrupto, y tengo valores de los cuales carecen las víboras a las que estoy denunciando. Estoy emparentado con verdaderos héroes que sacrificaron mucho por México, hombres honestos a carta cabal que jamás se habrían dejado corromper por sabandijas apátridas carentes de principios y de toda noción de ética, que han traicionado al pueblo que alguna vez creyó en ellos. Por lo tanto la respuesta a la propuesta multimillonaria que se me ha hecho es un no rotundo, no borraré lo que el pueblo tiene derecho a saber, y esta es mi última palabra al respecto. No lamento perder un solo centavo del dinero maldito que se me está ofreciendo, que al fin y al cabo no me lo habré de llevar al más allá, pero cuando me vaya me iré con la frente en alto y la conciencia tranquila.

Víctor Olague
29 de agosto, 2016

Tras la publicación de este documento titulado DENUNCIA A LA NACION, han estado sucediendo hechos relevantes y posteriores que merecen quedar registrados por separado, para lo cual he publicado los siguientes documentos titulados NUBARRONES DE TORMENTA, NEGRO AMANECER PARA CHIHUAHUA, EL LINCHAMIENTO DE CESAR DUARTE y LEGADO DE CORRUPCION y otros de los cuales YO Víctor Olague asumo plena responsabilidad y autoría:






www.crimen-de-estado.blogspot.com
(Éste es un trabajo en dos partes subtituladas
respectivamente “I: El periodismo chihuahuense
bajo acoso” y “II: Un enfermo de poder dispuesto a todo”
publicados en los meses de agosto y diciembre de 2017)







Los enlaces URL abreviados (alternativos) para cada uno de los enlaces dados arriba, con el fin de que se puedan incluír en espacios limitados de caracteres como se acostumbra hacerlo en las redes sociales en lugares como Twitter, son los siguientes:

goo.gl/fnCTok   (Nubarrones de Tormenta)

goo.gl/qVksPs   (Negro Amanecer para Chihuahua)

goo.gl/iqJLvT   (El linchamiento de César Duarte)

goo.gl/qAmL5W   (Legado de Corrupción)

goo.gl/Bfkynd   (El Día que Reventó la Caldera)

goo.gl/tjQpEl   (¡Chihuahua, despierta y levántate!)

goo.gl/UFa9iu   (Miroslava Breach: ¿Un Crimen de Estado?)

goo.gl/RcGJYn   (CHIHUAHUA 2017: El Balance Trágico)

goo.gl/Wb93YW   (Chihuahua: Otra vez un narcoestado)

goo.gl/obapwL   (El asalto a la UACJ)

goo.gl/1rQBLk   (Un Calígula para Chihuahua)

Asimismo, el enlace URL abreviado para éste trabajo (Denuncia a la Nación) es el siguiente:

goo.gl/SkkGt6   (Denuncia a la Nación)